Espero que os acordéis de aquellos de las chaquetas de pana gruesa y las camisas de a cuadros que puño en alto recorrían las carreteras andaluzas, ondeando banderas y coreando consignas contra las bases americanas de Rota y Morón, y entonando a viva voz el “Yanky go home”. Sí, esos del puño y la rosa, socialistas y obreros ellos con pedigrí y rancio abolengo, que hacían del antiimperialismo su causa arterial.
Los mismos que algún tiempo después convocaban manifestaciones y protestas multitudinarias porque se negaban rotundamente a que España entrara en la OTAN. Yo por no entrar en la OTAN ma-to, parecían decir. Ésos que nos vendieron posteriormente, de cara al referéndum, el pastel de que era “de entrada no”, porque salir, lo que se dice salir, ya no saldríamos jamás, como así ha sucedido.
Los mismos que durante gran parte de la historia de la transición democrática de este país acudían a las manifestaciones antinucleares que pedían el cierre de las centrales, aunque para ello tuviesen que adjuntar un sol sonriente a la rosa roja de su emblema, y que ahora prolongan la vida útil incluso de las que han caducado.
Ésos pacifistas celebérrimos, que se negaban a cualquier tipo de violencia, en especial a su máxima expresión, la guerra, pero que después, una vez acariciado el poder, no tienen inconveniente alguno en mandar a nuestros soldados a cruentos frentes de batalla, con la pueril excusa de que en realidad van a construir casitas de mecano.
Pues esos mismos acaban de autorizar, con la colaboración imprescindible del socio de gobierno, que Rota se convierta en una base antimisiles, con sus correspondientes ídems, de la manera más democrática posible; a escondidas, utilizando un país extranjero para anunciarlo y sin consultar al pueblo. Y, lo que es peor y más bajuno, utilizando de manera cínica y demagógica la manida excusa de que la medida "va a crear empleo". Hasta ahí llega el cinismo.
Lo que no hace sino demostrar a las bravas lo catetos que somos, la mala memoria que tenemos y lo pavos que podemos llegar a ser los españoles.