Durante estos más de 30 meses de los nuevos peajes en Portugal la queja frecuente de turistas y transportistas es la difícil obtención del dispositivo electrónico exigido por los peajes de Portugal. Una de las razones que explica el descomunal desplome del tráfico en las autovías de pago de Portugal -como la A-28 entre Galicia y Oporto, que perdió 10.000 coches al día desde 2009- es la dificultad que encuentran los extranjeros para abonar el peaje.
Desde el verano pasado la solución más fácil para entrar en las autopistas prtuguesas es el Easytoll, que consiste en asociar una tarjeta de crédito a la matrícula del coche. Para ello debe teclearse el número de la placa en un cajero situado en la misma carretera. Con cada paso por los peajes se activa un cobro. También existen tarjetas prepago de entre 5 y 40 euros que se activan desde el móvil y se venden en las oficinas de Correios, áreas de servicio de las principales vías de comunicación lusas y puestos de información turística. Y por último abonos anuales también de prepago y dispositivos de telepeaje de alquiler, además de pago previo por Internet.
En pocas semanas se anunciará el compromiso de la unificación y compatibilidad de los peajes a ambos lados de la frontera lo que redundará en una mayor agilidad y circulación tanto de turistas como de mercancías.