Revista Opinión

Los pecados de la carne

Publicado el 31 diciembre 2010 por Hugo
Escribe Emilio Luque en su libro que todavía está por publicar:
Los pecados de la carneLos pecados de la carne
Los pecados de la carneDe ahí no se deduce que tengamos que dejar de comer carne, tal y como dice George Monbiot en este artículo de The Guardian. Lo que se deduce según los estudios realizados hasta la fecha (ver documental) es que deberíamos comer mucha menos.
I no longer believe that the only ethical response is to stop eating meat.
Desde un punto de vista ecológico (pero insuficientemente ético) Monbiot tiene razón. Que las granjas industriales actuales sean insostenibles no significa necesariamente que todas las granjas habidas y por haber lo sean. Sin embargo, yerra el tiro cuando dice que dejar de comer carne no es la única 'respuesta ética' al problema. Es verdad que no es la única. Pero, en mi opinión, probablemente sea la mejor. Llevo un tiempo viendo a muchos ecologistas caer en la tentación de querer bajarse del tren de la ética antes de tiempo. Asimismo, ocurre que muchos veganos se bajan del tren de la ecología de un modo, a mi juicio, bastante irresponsable.
Contra la ganadería que mantiene libres a los animales y los mata sin dolor no hay nada que objetar.
Jesús Mosterín.
¿Nada que objetar? Menos es nada, por supuesto, pero no olvidemos que estamos hablando de acabar innecesariamente (en el sentido de que 'se puede evitar') con la vida de seres sensibles e inteligentes, que sienten y experimentan sus vidas tanto como nosotros experimentamos las nuestras. Claro que hay algo que objetar. En esta cuestión Mosterín no es todo lo 'generoso' que podría ser. Lo mismo se puede decir de quienes se conforman con reducir nuestro consumo de carne hasta hacerlo ambientalmente sostenible. ¡Eso es conformase con poco! Es una ética tímida, encogida, perezosa... insuficiente.
Todo ser está mejor vivo que muerto, tanto los hombres como los alces y los pinos. Quien sea capaz de comprenderlo preferirá preservar la vida antes que destruirla.
Henry David Thoreau.
Admitámoslo, el cálculo moral que tenemos que hacer es complejo, nunca absolutamente coherente, siempre inacabado. ¿Y qué? Es cierto que todos nosotros, que no somos miopes morales, preferiríamos una granja de las de antes a una granja de las de ahora, ¿pero por qué no ir más allá? ¿Y si la elección fuera entre una granja de las de antes y una granja desmantelada, un 'santuario' donde poder pasar el día con tu familia de Homo sapiens o un laboratorio de carne de cultivo? ¿Qué elegiríamos si pudiésemos ser felices igualmente? ¿Qué dogma escondido es ese que impide la argumentación moral sosegada sobre qué es preferible comer y qué no lo es?
Por otro lado, a veces me pregunto lo siguiente: ¿deberían verse afectados nuestros cálculos morales por el argumento poco defendido de la perspectiva histórica? No podemos predecir el futuro, desde luego, pero tampoco somos ciegos a los cambios. Un mundo más sensible no sólo es posible, sino también muy probable. Si tenemos siquiera la sospecha de que el mundo tomará una determinada dirección y no otra, ¿nos serviría de algo saberlo? Necesitamos como el agua un empujón moral, en este y en otros sentidos, y creo que toda ayuda es poca.
-Recuerden -dijo el primer orador Shandess-... que incluso si el veredicto nos satisface, puede no satisfacer a aquellos que vendrán después de nosotros, y no creo que un miembro de la Segunda Fundación de cualquier nivel, por no hablar de los oradores de la Mesa, no aprecie plenamente la importancia de la perspectiva histórica. Actuemos de modo que podamos aseguramos la aprobación de los oradores que nos sucederán en los siglos venideros.
Delarmi replicó con mordacidad: -Corremos el riesgo, primer orador, de que la posteridad se ría de nosotros...
Isaac Asimov.
En fin, el riesgo es tan pequeño y la recompensa tan grande...
Los pecados de la carneMuchas veces se argumenta, correctamente y por miedo a ser tachados de incoherentes, que si defendemos la minimización del sufrimiento no deseado también deberíamos proteger a los animales salvajes de sí mismos, pues también ellos se comen los unos a los otros. Pero ¿acaso podríamos? La ética sirve, entre otras cosas, para elegir la mejor de las opciones disponibles en cada momento. ¿Es posible, hoy por hoy, evitar que un ave de presa dé caza a otros animales sin empeorar sustancialmente sus vidas, nuestras vidas, los ecosistemas y la biosfera? Que yo sepa no. Y si mañana se pudiera, ¿lo haríamos? Hum, tal vez no. La libertad y la autonomía personal de los animales también son factores que deben tenerse en cuenta en un cálculo moral medianamente serio. Si no queremos 'un mundo feliz' para nosotros, entonces tampoco deberíamos quererlo para ellos.
Pero ¿'ellos' son como 'nosotros'? Es bastante probable que en un sentido fundamental sí lo sean, aunque la ciencia de la consciencia todavía está en pañales, todo hay que decirlo. Ante una situación así uno puede verse tentado de quedarse quieto y no caminar a tientas mientras haya incertidumbre, pero más nos valdría tropezar y aprender algo que permanecer a la espera y no enterarnos de nada.
La oscuridad nos envuelve a todos, pero mientras el sabio tropieza en alguna pared, el ignorante permanece tranquilo en el centro de la estancia.
Anatole France.
Los pecados de la carne'Las plantas también son seres vivos, aunque no sean animales', 'Lo mismo cabe decir de las bacterias', 'Matar es inevitable', 'Incluso la tierra que pisamos contiene millones de microorganismos'... Todo eso es cierto. Son hechos, sí, pero hechos que no se contradicen con ciertas máximas que todos podemos compartir: 'Minimizar el daño es bueno', 'Elige siempre el mal menor' o 'elige siempre el bien mayor', 'El respeto a la vida es una virtud', 'Ir sentado al volante no significa que tengas que atropellar a los demás', 'Vive y ayuda a vivir', etcétera. Tampoco se contradicen con el hecho -hecho importante- de que un ser vivo carente de sistema nervioso dista mucho de ser como nosotros. Y aun aquellos que lo tienen, las diferencias entre unos sistemas (ej. caracoles) y otros (ej. ratones) pueden ser enormes.
¿Es eso veganismo? Es posible. ¿Es eso defender los 'derechos de los animales'? Puede ser. Yo me conformo con que hablemos de ética, y con que no descartemos la posibilidad de que existan mejores maneras de vivir y ser felices.
Addendum: sé que muchos, generalmente, estamos de acuerdo con este 'tipo' de posts (¡la compasión y la biofilia tiran mucho!), pero por a (por falta de autocontrol), por b (por 'comer sin pensar'), por c (por subestimar la influencia que sobre nuestra conducta tienen la cultura, el contexto y la industria agroalimentaria) o por otras muchas razones no logramos cambiar nuestros malos hábitos, aunque racionalmente hayamos llegado a la conclusión de que deberíamos hacerlo.
Solemos pensar que los fines preceden a los medios y que los segundos se eligen en función de los primeros. Pero en la realidad de nuestra vida, tanto en su dimensión personal como social, muchísimas veces los fines se eligen en función de los medios de que uno dispone, atendiendo a criterios de eficiencia y oportunidad, y con destacada intervención de los mecanismos de reducción de disonancia cognitiva que tan bien estudian los psicólogos sociales. La zorra desearía merendar uvas, pero éstas se hallan fuera de su alcance (los medios condicionan los fines).
Jorge Riechmann.
El reto está, por tanto, en hacer que nuestros valores coincidan con nuestras acciones. Ya de entrada la psicología y la sociología nos advierten de que no va a ser fácil. Hay tantos 'factores limitantes'... Pero ¿cuándo la inteligencia ética y el crecimiento personal han sido fáciles?
Mi ignorancia hace que siga repitiendo: "Debo seguir adelante, esto debe continuar, algún día tendré que ser libre"; y al día siguiente no me encuentro a esa altura, estoy siempre enredado en un sinfín de palabras. Por lo que todo eso indica falta de inteligencia.
Jiddu Krishnamurti.
Referencias:
- Emilio Luque, Medio ambiente y sociedad (pendiente de publicación), UNED, pp. 128-129.
- Lester Brown (2008), Plan B 3.0: Mobilizing to Save Civilization, Earth Policy Institute.
- Vaclav Smil (2002), "Eating Meat: Evolution, Patterns, and Consequences", Population and Development Review, 28, 4, 599–639.
- Isaac Asimov, Los límites de la Fundación, Editorial Debolsillo, Barcelona, 2003 (1982), p. 228.
- Jesús Mosterín, Los derechos de los animales, Editorial Debate, Madrid, 1995, p. 72.
- Jorge Riechmann, Necesitar, desear, vivir: sobre necesidades, desarrollo humano, crecimiento económico y sustentabilidad, Los libros de la Catarata, 1999, p. 334.
- Jiddu Krishnamurti, Pedagogía de la libertad.

Pasadlo bien estos días. Yo voy a intentarlo, je... Ah, que no se me olvide: aunque leeré todas vuestras aportaciones, no prometo discutirlas todas. Siempre que escribo un post tan largo me quedo sin ganas de discutir, ¡no sé por qué!
Gracias a todos por estar ahí. Hasta el año que viene ;)

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