- Marina Muñoz Cervera -
¿Cuántas veces nos despertamos pensando en lo que tenemos que hacer, apurados de tiempo y saltamos de la cama a la ducha, nos vestimos y tomamos rápidamente un café mientras vamos saliendo de casa? Esta imagen tan propia de algunas películas es un reflejo de la realidad de muchas personas, hoy en día. Por desgracia, las prisas toman las riendas de nuestra existencia y la salud queda relegada a un último plano.
Antes de entrar de lleno en el tema, me gustaría plantearos una reflexión ¿qué trabajo podríamos desempeñar si nos falta la salud? Desafortunadamente una calidad de vida mermada por no habernos detenido en cuidarnos físicamente, es realmente triste y las consecuencias no son fáciles de digerir.
Nuestro organismo necesita nutrientes desde que nos levantamos, un café nos despierta, pero muy escasamente nos nutre y de esa manera afrontamos nuestra existencia, sin más ayuda que ninguna para un cuerpo que tiene que moverse, pensar y realizar un sin fin de actividades hasta la hora del almuerzo.
Bien, pues el panorama anteriormente descrito tiene severas consecuencias para nuestra salud y un artículo publicado, ayer 17 de febrero de 2014, en ABC Salud nos habla de estudios publicados que lo demuestran de forma contundente.
Un estudio, publicado en la revista Public Health Nutrition, demuestra que los adolescentes que desayunan poco o nada, tienen un 68% más de posibilidades de desarrollar Síndrome Metabólico (obesidad abdominal, hipertrigliceridemia, hipertensión, diabetes y niveles bajos del colesterol HDL).
En otro estudio, publicado en la revista Circulation, demuestran que los hombres que no desayunan tienen mayor riesgo de infarto. Según la autora principal del trabajo, la doctora Leah E. Cahill: “Saltarse el desayuno puede conducir a uno o más factores de riesgo como la obesidad, la presión arterial alta, el colesterol elevado y la diabetes, lo que a su vez puede provocar un ataque al corazón”. Si queréis leer el artículo completo podéis acceder a través del siguiente enlace: Prospective Study of Breakfast Eating and Incident Coronary Heart Disease in a Cohort of Male US Health Professionals.
Además de lo anterior, suprimir esta comida que debe suponer el 20% del total calórico diario, conduce a peor humor, menor capacidad de rendimiento intelectual concentración, sensación de cansancio, estreñimiento y comer más a lo largo del día.
En fin, nosotros escogemos entre comenzar un día con déficit en nuestro organismo o con un buen desayuno a base de glúcidos de absorción lenta (pan, cereales, a ser posible integrales) fruta y alguna fuente de proteína como el yogur desnatado, que nos aportará nutrientes para evitar lo descrito anteriormente. Levantarnos un poco antes para desayunar merece la pena.
Fuentes:
- Cristina Garrido. ABC Salud. “Los riesgos de saltarse el desayuno”. 17 de febrero de 2014.
http://www.abc.es/salud/noticias/20140216/abci-riesgos-saltarse-desayuno-201402141928.html
- Public Health Nutrition.
http://journals.cambridge.org/action/displayAbstract?fromPage=online&aid=9158560
- Circulation. “Prospective Study of Breakfast Eating and Incident Coronary Heart Disease in a Cohort of Male US Health Professionals”.
doi: 10.1161/?CIRCULATIONAHA.113.001474
http://circ.ahajournals.org/content/128/4/337.full?sid=c22e2bfb-42c2-4aef-870a-b70d664c562a
Imágenes:
http://www.cepvi.com/psicologia-infantil/articulos/desayuno.shtml
http://www.cepvi.com/psicologia-infantil/articulos/desayuno.shtml