Geraint Evans fue un barítono galés convertido en paradigma del llamado actor cantante por la crítica anglosajona de los sesenta. Y paradigma sigue siendo: de como esta figura vocal acaba significando una teatralidad teatralidad falsa y tramposa como coartada de la incompetencia vocal.
El prestigio de Sir Geraint aún se sustenta dos importantes proyectos discográficos donde encarnó a sendos personajes cómicos: "Falstaff" con Georg Solti y "Die Meistersinger von Nürnberg" con Herbert von Karajan. Como protagonista verdiano Evans cometió destrozos inauditos anteriormente y apenas disimulados por la estentórea orquesta que el director húngaro estimulaba a tocar más y más fuerte, particularmente al acompañarlo. Aparte de la voz pésima, robusta pero leñosa y gutural, ignorante de cualquier regla de la buena emisión, su pronunciación italiana apenas puede considerarse profesional, la prosodia es de caricatura y demostró un mal gusto y una incultura palmarias presentando al genial personaje como si sólo se tratara de un payaso dipsómano. Si existía el propósito dramático de ofrecer un contraste entre la vulgaridad de Falstaff y la distinción de los demás personajes (como piadosamente se ha querido ver) todo el contraste que se obtuvo fue entre el precario canto del protagonista y el excelente del resto del reparto.Con el antipático Beckmesser Wagner pretendió reeditar la clásica parodia del mal cantante, lo cual exige en realidad una técnica consumada para sostener esta ilusión mediante un complejo juego de matices y colores. Al carecer de una base canora sólida la ilusión desaparece y sólo quedan la mueca y el berrido. El escribano así presentado es una especie de residuo de expresividad anticuada y caduca que Karajan - normalmente un concertador más talentoso que Solti - permitió o incluso estimuló para asombro perenne del oyente. En la Serenata difícilmente puede encontrarse algún pasaje de verdad cantado y sólo se necesitaba un cómplice como Theo Adam (Sachs) para hacer del árido dúo del Tercer Acto uno de los grandes agujeros negros de la historia fonográfica.
Al igual que Corena, Evans también ha dejado huella en los personajes mozartianos que, no se sabe por qué desgracia, se han asociado con este tipo de voz bufa prevaricadora: Fígaro, Leporello y Don Alfonso. La escritura de Mozart es tan despiadada con su falta de legato como el resultado con los oídos del oyente.
Entre los agravios que se suelen denunciar en el diccionario "Le grandi voci" destaca la presencia de Geraint Evans. Las razones por las que Celletti lo incluyó en detrimento de cantantes como Taddei o MacNeil siguen siendo un misterio. Barra libre de opiniones, m?sica y lo que se me ocurra, que para eso es mi blog.