Hoy me toca ponerme quisquilloso, pero sólo un poquito. La cosa viene porque el Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad lanzó hace unos días la campaña "No te saltes las señales. Elige vivir" contra la violencia de género que en esta ocasión está encaminada a detectar las pequeñas señales, los indicios y las sutilezas que también son consideradas parte del maltrato. Hasta aquí todo muy bonito, pero al ver el vídeo que encabeza la entrada algo no me ha gustado. El mensaje está muy bien pero creo que habría funcionado mucho mejor si en su tramo final, en el que la madre llama a la hija, esta lo hubiese hecho llamando a su hijo. Dirás, vaya chorrada que acaba de soltar este. Puede que lo sea, pero desde mi pequeño punto de vista la inclusión del género masculino como vigilante y parte de la solución del conflicto que plantea el anuncio lo habría hecho mucho más completo, más rico en esos matices que pide que se observen, porque rompería de algún modo el arquetipo y el cliché para dar paso a una perspectiva más igualitaria.
Por otro lado, y en honor a la verdad, este detalle sí se ha cuidado -aunque de una manera un poco tosca- en otra de las piezas que forman esta campaña:
En resumen, creo que ministerios como este deberían luchar más por la integración del rol masculino en la sociedad como colaborador en la solución de este tipo de problemas y ejemplos como el segundo van por el buen camino.