Revista Cultura y Ocio
Los grandes y ambiciosos pensamientos suelen quedar en agua de borrajas. Suelen terminar despertando abruptamente del sueño a quienes creyeron en ellos. A pesar de lo que pueda parecer, los grandes pensamientos están conformados por la unión de otros pensamientos más pequeños, y cada uno de ellos, por otros más pequeños, hasta llegar a una Idea, que a su vez nace de la conjunción entre la razón y la intuición, por un lado, y por otro, de otras ideas subyacentes. Es un concepto simple y reducido si comparamos el resultado final y las consecuencias de esos grandes pensamientos que en la mayoría de las ocasiones han evolucionado tanto desde la idea inicial que hace irreconocible su huella o rastro. La gran mayoría de los razonamientos se entretejen alrededor de esos grandes pensamientos y enmarañan aún más cualquier recuerdo de la incipiente Idea primaria dentro del conjunto de elucubraciones que surgen y se expande en sus diferentes versiones e interpretaciones. Todo tuvo un punto de inflexión sobre el cual creció y se desarrolló cualquier gran concepto Universal. Y sin embargo, más del noventa por cienta de las decisiones que toma nuestro cerebro son inconsciente. Deberíamos admitir entonces, aunque tan sólo fuera como hipótesis, que los grandes pensamientos universales nacieron de pensamientos inconscientes. Me temo que eso sería una herejía en toda regla. Nos avocaría a la teoría del "azar absoluto del pensamiento universal" al gusto de Hegel y de la metafísica más profunda. Ah, pero es una supuesta hipótesis simplicista y comparativa. Los grandes pensamientos transforman el Mundo y la Sociedad, y fueron antes pequeñas ideas inconexas y repudiadas que fueron marcándose en generaciones posteriores hasta expandirse como referencia social como germen de su éxito. Tal vez por eso reza el dicho de "no hay pensamiento pequeño que no sea peligroso para la estabilidad del Gobernante a largo plazo". Un lema tan antiguo como la propia civilización China. Para los que gustan de pensamientos políticos aplicados a la propia evolución del ser humano.