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Los periódicos que no amaban a las mujeres

Publicado el 01 noviembre 2009 por Hesterprynne
Los periódicos que no amaban a las mujeres

Los feminismos se enfrentan a la idea de que un grupo de personas tiene derecho a imponer la definición de realidad a otras (Liz Stanley y Sue Wise)

Las mujeres españolas –por hablar de lo que conozco, aunque no es muy difícil suponer que en gran parte del mundo sea igual- no tenemos ningún periódico que nos represente. Los diarios están escritos en su mayor parte para hombres –salvo las páginas dedicadas al cuidado personal- y nosotras los leemos pasando por alto todas las afrentas que invaden sus páginas, porque, qué remedio nos queda... Desde el machacón “la mujer esto y lo otro” (¿cómo que “la mujer”? ¿es que estamos todas cortadas por un mismo patrón? ¿tanto os cuesta decir “las mujeres”?) hasta los anuncios de contactos (“contactos”, eufemismo de “prostitución”, con la que no solo se llevan dinero los mafiosos y los chulos sino también los periódicos nacionales de mayor tirada), pasando por el escaso número de colaboradoras y la poca importancia dada a los asuntos que nos conciernen (¿sabíais, por ejemplo, que cuando hay un artículo sobre los ataques al corazón solo hablan de los ataques al corazón que sufren los hombres, pues los de las mujeres tienen síntomas muy distintos?), los feminismos solo han llegado a la prensa en migajas por las que se espera que estemos satisfechas.

Los domingos suelo comprarme El País, aunque hoy me he planteado seriamente dejar de hacerlo de una vez por todas, pues en los últimos tiempos creo que está haciendo que me siente mal el desayuno. Creo que en estas perezosas mañanas que anteceden al caótico lunes voy a optar por comprarme revistas de cocina. Me encantan y siempre me ponen de buen humor.

En fin, hagamos un repaso a todas las perlas con las que me he encontrado hoy en un periódico que presume de progresista:

-Un artículo titulado “Cocaína, transexuales, chantajes y vídeos en la Italia de Berlusconi”. El mismo título, que iguala a los transexuales con la cocaína y los chantajes, indica lo que leyendo el artículo se descubre enseguida, que es un escrito profundamente tránsfobo

-Un artículo en defensa del violador Roman Polanski escrito –bastante mal y con argumentos demasiado enclenques, por cierto- por el autor francés Bernard-Henri Lévy y anunciado a bombo y platillo en portada.

-Anuncios de “contactos” en los que se pueden leer frases tales como “chicas inolvidables nuevas”, “chicas Hong-kong 19 años” o “universitaria cariñosa y muy guapa”.

-La portada del suplemento dominical dedicada en exclusiva al diseñador Karl Lagerfeld, famoso por declarar cosas como que está a favor de utilizar mujeres extremadamente delgadas en los desfiles, que quienes las critican es por pura envidia, que la revista alemana Brigitte –la cual ha optado recientemente por utilizar mujeres normales y corrientes en lugar de anoréxicas- debería emplear únicamente a modelos profesionales y que “nadie quiere ver mujeres curvilíneas”, citando sus propias palabras. Con H&M dejó de trabajar porque no quería hacer tallas mayores que la 38 y de la modelo Heidi Klum ha comentado que está demasiado gorda para las pasarelas… Pero no pasa nada, El País le dedica un extenso reportaje en el que resalta su excentricidad y su pasión artística.

-Un publirreportaje a toda página de cirugía estética “contra la grasa antiestética” que permite “remodelar la silueta, reducir la celulitis y atenuar la flaccidez” y que “además de destruir la grasa que causa desagrado, provoca una contracción en la piel”.

-Y por supuesto, que nunca falle, la columna del escritor Javier Marías, famoso antifeministas y machista recalcitrante (como muestra, este artículo de su amigo Pérez-Reverte y su contestación).

Y sí, luego otro artículo sobre prostitución, uno sobre los burdeles chinos de Soledad Gallego-Díaz, otro sobre violencia de género, otro escrito por Esther Tusquets… muy bien, pero no se trata de compensar machismo con feminismos, pues no son opuestos. El uno tiene que ver con la opresión del 50% de la población del mundo, ya sea por métodos sutiles o abiertamente discriminadores, mientras que los segundos tienen que ver con responder a estas agresiones y luchar por la dignidad.

En fin, lo mismo que me ha pasado hojeando El País al haberme topado con estas joyas que os he enumerado, me podría haber ocurrido con cualquier otro periódico… Lo dicho, la prensa no nos quiere y tendremos que sacar nosotras, como siempre, las castañas del fuego y empezar a pensar en publicaciones alternativas para personas que no quieren ser cómplices de ese crimen tan atroz llamado machismo.

Los periódicos que no amaban a las mujeres
¡Son buenísimos para limpiar los cristales o envolver las cosas pequeñas en las mudanzas!

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