Los perros duros no bailan. Arturo Pérez-Reverte.

 El título que os traigo hoy fue un regalo regalo de mi querida Marina. Una historia sobre perros escrita por Pérez-Reverte tenía muchas posibilidades de gustarme, como así ha sido, y es que hay escritores que, tras la amplia trayectoria literaria que tienen a sus espaldas, se permiten "jugar" con otras fórmulas literarias, como es el caso de "Los perros duros no bailan" (titulada así en homenaje a Norman Mailer).
Conocemos a "Negro" un cruce de mastín  y fila brasileiro que se ha dedicado durante mucho tiempo a las peleas clandestinas. Abandonada la lucha, trata de sobrevivir como perro guardián al destino que en principio aguarda a todos los perros que abandonan el ejercicio de tal actividad. En su barrio es bien conocido, y acude con frecuencia a un abrevadero donde se reúnen los canes de la zona. 
Allí conoceremos a los distintos personajes, sus perfiles (según las características y estereotipos de la raza u origen que les da el autor, un aspecto que confieso no me ha terminado de convencer en la novela), y presenciaremos la desaparición de dos miembros de la pandilla: Teo, el mejor amigo de Negro, pese a estar distanciados a causa de una hembra, y Boris "el Guapo". El instinto de nuestro protagonista acertará al comprobar que han sido secuestrados con propósitos nada halagüeños. Para rescatarlos deberá volver al pasado e infiltrarse en un sucio negocio que pondrá en peligro su propia vida...
Darle voz a un animal no es nada fácil y Pérez-Reverte sale airoso de este ejercicio, ofreciendo al lector  una novela muy entretenida, bien escrita, utópica y divertida al principio, aunque se vuelve algo dura en algún momento (brutal la descripción minuciosa de una de las peleas; fantástica también la forma en que transmite el miedo y la desdicha del perro en manos de la maldad humana).
Los perros duros no bailan es, sobre todo, un libro reivindicativo, pues entre sus 160 páginas encontramos una crítica feroz al abandono de animales y al maldito negocio de las peleas ilegales de perros, y solo por eso ha merecido la pena su lectura y lo recomiendo.