A veces, los antagonistas se unen en
organizaciones que son el verdadero
enemigo de los protagonistas.
Cuando leemos una novela, siempre nos fijamos en los protagonistas, en aquellos personajes a los que acompañaremos a lo largo de ese libro o esa serie de libros. Generalmente, el protagonista es una persona movida por sentimientos positivos, que sufre una evolución desde el comienzo hasta el fin de la historia. Pero parece que nos olvidamos de aquellos personajes que, en su mayor parte, son los culpables de ese cambio. Estoy hablando de los antagonistas, claro. De los malos.
Desde aquel personaje antipático que ansía lo mismo que el personaje principal, pasando por el odioso ser malvado que quiere conquistar el mundo y terminando por esas organizaciones cuasi-clandestinas que quieren acabar con algo de lo que forma parte nuestro amado protagonista. Estos personajes malvados suelen tener unos motivos comprensibles por todos, o simplemente se mueven por su propia maldad y buscan la destrucción de todo lo que les rodea.
Por una parte están aquellas novelas, casi siempre juveniles, en las que el personaje antipático que quiere lo mismo que el protagonista es aquel compañero de clase que no lo deja en paz ni a sol ni a sombra. Un compañero de clase al que, normalmente, no le mueven más impulsos que el de fastidiar, el de afianzar su puesto de chico popular entre las filas de la clase. Bien es verdad que en realidad éstos no suelen ser el antagonista principal, sino más bien una tortura más con la que tiene que lidiar el protagonista mientras salva al mundo. Un ejemplo de esto es Emily, la chica que le hace la vida imposible a Lena, y por extensión a Ethan, en la saga de las Dieciséis Lunas. Además de lidiar con poderosos casters oscuros, esta pareja debe protegerse de la jefa de las animadoras, que pone en contra de la parejita a todo el instituto. En otros libros de corte más realista, como Just Listen, la compañera de clase sí que resulta ser la que tiene el monopolio- u oligopolio, tampoco vamos a quitarle el mercado a otros personajes- del mal en la novela. Aunque esto no tiene por qué ser así en todas las historias. Sin ir más lejos, Eblus, el personaje creado por Care Santos en El dueño de las sombras y Crypta, es un demonio que disfruta con el mal. Aún así, no es el malvado de la historia, ¿y por qué? Pues porque el cupo de malvado lo tiene el demonio que pretende robarle su puesto y sus posesiones. En definitiva, el malvado es aquel que quiere lo mismo que quiere nuestro protagonista, solo que este último nos cae mejor, aunque ambos sean iguales en todo.
Lord Voldemort es el malvado
por antonomasia en la literatura
juvenil.
Pasando a los seres malvados, que nacieron siendo malas personas, el líder indiscutible en la literatura juvenil es Lord Voldemort. Este temido brujo antes conocido como Tom Riddle, forjó su mala uva contra los muggles en centros de acogida donde se crió. Cuando descubrió que era un mago, se propuso ser el más temido y poderoso de todos los tiempos, en un desesperado intento por unirse totalmente a la magia. De esta forma, nuestro querido Harry Potter debe pararle los pies, para que no instaure su reino del mal en el mundo. Muchos son los ejemplos que ilustran este tipo de antagonista, como Sin Nombre, Mijaíl o lareina Sabara. A veces, estos personajes malignos no lo son por malas experiencias o porque, oye, hace falta un malo que le dé chicha al asunto; sino porque persiguen unos ideales concretos o porque creen tener razón sobre algo. Y si no que se lo digan a Valentine, el antagonista en Cazadores de Sombras. Este personaje vive creyendo que la raza de los nefilim es mejor que cualquiera de las otras que puebla las calles, y para ello pondrá en marcha su plan para conseguir imponer su criterio. La Reina Blanca tiene un papel muy similar en la saga de Laila Winter, donde reina con mano de hierro sin permitir que los demás reinos se salgan del camino que ella les marca.
Pero los rivales de los protagonistas no siempre andan solitarios por el mundo. A veces se organizan en grupos. Ya se sabe, la unión hace la fuerza. Últimamente, con el auge de las novelas distópicas encontramos muchos de estos ejemplos, en los que la sociedad está dominada por un grupo de personas, ya sean una casta, un partido o un grupo social. Así, en Los juegos delhambre el Capitolio domina todo el país, y los ciudadanos no tienen ni voz ni voto. Aunque en este caso también podríamos hablar del “enemigo número uno” al nombrar al presidente Snow. El corredordel laberinto es otra novela que ilustra eso, ya que existe una organización que, aunque no sepamos aún muy bien qué quieren, sabemos que usa a nuestros protagonistas de forma completamente injustificable, llevando a muchos de los personajes a sufrir graves heridas e incluso a la muerte. Caragh M. O'Brien, en su novela Marcade nacimiento, nos presentaba un lugar donde se refugiaba la gente poderosa de una ciudad, el Enclave, que tenían el papel de represores de la sociedad. Pero no son los únicos ejemplos, podríamos hablar de La saga de los feos, de Scott Westerfield o Losrebeldes de Crow.
¿Qué pasa si el propio protagonista
es el malo de la historia?
Por último, si hablamos de malvados a secas, podemos nombrar aquellos libros en los que el protagonista y el personaje malicioso pueden coincidir. Generalmente, cuando esto ocurre, solemos disculpar a los protagonistas, ya que aunque se comporten de forma completamente censurable, son los personajes que nos han acompañado durante todo el viaje. El ya mencionado demonio Eblus, es un perfecto ejemplo para ello. Este demonio mata y devora por diversión, pero es el que nos cuenta la historia (de una forma muy arrogante, por cierto), y ésta nos llega a enganchar tanto, y el personaje resulta tan irónico que terminamos pasando por alto su faceta malvada. Aunque no es necesario que sea un demonio, John Cleaver es un chico perfectamente normal... excepto por el detalle de que se siente atraído por la muerte, los asesinatos violentos y la sangre. En este caso es más difícil decir que él es realmente malvado, pero no podemos negar que tiene pensamientos y sentimientos completamente vituperables.
En cualquier caso, los malvados, tanto los que aparecen en esta entrada como los que me he dejado en el tintero, son personajes que nos acompañan durante toda la historia del libro, al igual que el protagonista, y me apetecía homenajearlos en esta entrada.
¡Espero que os haya gustado! ¿Cuál es vuestro malvado favorito? ¿Por qué? ¿Qué tipo de malvado os gusta y no aparece en la entrada? ¡Nos leemos!
Poy