Sin embargo, admito que el tema a continuación no puede ser menospreciado. Así que sin más rodeos:
El Problema
En algunas ocasiones, durante nuestra aventura de gestar la que consideramos la obra maestra del siglo, nos encontramos con personajes que distan mucho de la idea inicial con que fueron concebidos.Aquel antagonista que se encargará de hacerle la vida imposible a nuestro protagonista no pasa de ser un cliché horroroso y desaliñado, sin pasado ni futuro. Gestado desde el vientre única y exclusivamente para hacer el mal. Sin sentimientos ni personalidad definida. Toda una marioneta de nuestra pluma que aparece, justo cuando todo está perdido para el héroe, versando interesantes, pero inútiles monólogos, de como gobernará al mundo. ¿Qué hay de sus virtudes, defectos y hasta de sus gustos? ¿Por qué nuestro protagonista no enamora y al lector le da igual su trágico destino? ¿Por qué no lloran desconsolados como cuando leyeron la Boda Roja?Bodas de Castamere
En esos momentos de angustia acudimos a nuestras notas sobre Cómo crear personajes literarios y nos arrepentimos de los pesos invertidos en aquel cursito online. ¿Personajes planos? ¿Personajes redondos? ¿Acaso la geometría no va conmigo? ¿Cómo diantres, Gabriel García Márquez logró hacer que sus Aurelianos y José Arcadios quedarán sonando en nuestra mente, a pesar de que un principio nos tocó llevar un árbol genealógico para saber quién era quién?