Recuerdo un dicho de mi infancia: “Solo los tontos dicen lo que van a hacer”. Nunca estuve completamente convencido que era cierto, hoy en día es necesario crear y fortalecer expectativas en los negocios.
La frase me viene a la mente esta mañana de domingo, tras leer la reciente declaración de Howard Schultz, donde afirma que dentro de un año la exitosa cadena de cafeterías Starbucks buscará convertirse “en un negocio inmenso y global en el sector alimenticio”.
Ellos ya son una empresa global, que han sabido vender como pocos la experiencia de compra en sus locales, somos muchos quienes disfrutamos la estadía en un Starbucks, no es solo el café, es todo lo que lo rodea.
¿En realidad Starbucks necesita convertirse en algo más? ¿Puede Starbucks ser otro?
En la historia moderna hay cuantiosos ejemplos de corporaciones que al tratar de diversificar se han hecho daño a si mismos, han golpeado su actividad principal y el consumidor no les perdona y hay algo peor: los consumidores prospecto se confunden.
¿Porqué no actuar buscando ser la mejor cafetería global y punto?
Sus planes de expansión si van de la mano con su actual visión, por supuesto que deben crecer en mercados como China, Brasil e India (le faltó señalar Rusia), son los mercados más interesantes hoy en día y serán exitosos con sus estrategias actuales más la debida tropicalización de algunas de esas en los países mencionados.
En fin, será interesante observar en los próximos meses este cambio que promete Schultz.
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