Revista Cultura y Ocio

Los pobres me defienden ante Dios.

Por Santos1
Beato Amadeo IX de Saboya, duque. 30 de Marzo y 27 de abril (en Saboya).
Los pobres me defienden ante Dios.Nació el 1 de febrero de 1435 en Thonon-les-Bains, y fue hijo de Luis I de Saboya y Ana de Lusignan, y su abuelo fue el antipapa Félix V. Fue un niño enfermizo, que padecía de convulsiones frecuentes a causa de la epilepsia, pero a pesar de ello, era un niño alegre, despierto y muy inteligente, sin dejarse vencer por el mal. Por ello fue apodado "el feliz". La casa de Saboya, férrea, tradicional y apegada a lo sencillo, formó su carácter y su piedad, como había formado la de su antepasado, el Beato Humberto III (4 de marzo).
En 1452 casó con Iolante, hija del rey Carlos VII de Francia, con la que tuvo 10 hijos, entre ellos la Beata Luisa de Saboya (24 de julio). Amadeo fue un hombre recto y piadoso, amante de los pobres y dado a la oración y a la caridad. Vivía con austeridad, sin lujos superfluos. Nunca faltaba a la oración litúrgica, a la santa misa y comulgaba con frecuencia, teniendo licencia para ello de su obispo. Cuando en 1462 accedió a la corona ducal, promovió leyes justas, reparó iglesias y hospitales, los que visitaba por sí mismo para socorrer a los pobres, mendigos y enfermos. Incluso en ello hallaba su placer y solaz, en socorrer a otros. A un embajador que le cuestionó su caridad, puesto que no miraba si eran verdaderos pobres, el santo duque respondió: "No quiera el cielo que yo entre a averiguar con demasiada curiosidad la condición cada pobre que acude a mi puerta; porque si el Señor mirase de igual manera nuestras acciones, nos hallaría con mucha frecuencia faltos de rectitud". Y para terminar, zanjó: "Mis soldados me defienden de los hombres; pero los pobres me defienden ante Dios".
Se esforzaba por desterrar el mal y la corrupción, pero era débil para el gobierno, y muchas de sus acciones eran solapadas o no tenidas en cuenta por los poderosos. Tuvo constantes luchas con sus hermanos, que pretendían revelarle, así como con los Sforza, deseosos de dominar Saboya. Pero él siempre perdonaba y trataba bien a sus enemigos, buscando la paz ante todo.
La epilepsia, arreciada luego de los 30 años, le apartó del gobierno en 1472, quedando su mujer como regente en su nombre. Pero sus súbditos no quisieron esta regencia y le secuestraron en Vercelli, donde se había retirado. Luis XI de Francia, cuñado suyo, lo rescató y le liberó de todo gobierno. volvió a Vercelli, donde vivió como un monje, entre austeridades, caridad y oración. El 30 de marzo del mismo 1472, falleció a sus 37 años de edad. En su testamento dejó escrito a su mujer e hijos: "Mucho os recomiendo a los pobres, derramad sobre ellos liberalmente vuestras limosnas, y el Señor derramará abundantemente sobre vosotros sus bendiciones. Haced justicia a todos sin acepción de personas, aplicad todos vuestros esfuerzos para que florezca la religión y para que Dios sea servido".
Fue beatificado por Clemente IX en 1677.
Fuente:
-"Vidas de los Santos". Tomo III. Alban Butler. REV. S. BARING-GOULD. 1914.
A 30 de marzo además se celebra a
San Zósimo de Siracusa, abad y obispo.
San Rieul de Senlis, obispo.

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