Los políticos y sus propuestas, son una esperanza pérdida. Ellos sólo son los amos de la partidocracia.

¿Cómo la humanidad cayó tan bajo al depositar en los políticos toda su confianza y esperanzas?. Año tras año es lo mismo, promesas y promesas ofrecidas por políticos de diferentes ideologías. Mientras ellos se encuentran en campaña, le ofrecen, a la población más humilde, hasta «el cielo y la tierra» para solucionar los graves problemas, que dicha gente humilde , sufre en carne propia; pero, al llegar al poder, los enfrascan en un infierno del cual es difícil de salir en cientos  de años.  Los políticos o amos de la partidocracia, se han convertido en la nueva clases social opulenta que ha logrado, a través de elecciones «libres», perpetuarse en el poder, sin esperanzas a que, realmente, trabajen por la población.  Esta clase  social, parásita y detestable, logra  embaucar a la gente,más necesitada, utilizando a los medios de comunicación, pagando sumas millonarias en sus asquerosas propagandas . Cada partido hace lo mismo, sea de izquierda, de derecha o de centro, convencen  a sus seguidores «borreguitos» de que les den el voto y que, al estar ellos en el poder, todos los problemas sociales, económicos y políticos, se solucionarán como por arte de magia. Una estrategia muy eficaz ,que utiliza esta lacra «humana», es desprestigiar al gobierno de turno usando campañas que afirman que, los que están en el poder, no han hecho nada positivo por la población. Jamás, los » amos de la partidocracia», presentan un programa de gobierno ,analizado y desarrollado cuidadosamente. Para muestra un botón, en mi país El Salvador, hasta ahorita , a mis 50 años de edad, nunca he escuchado  a ningún político presentar un programa de gobierno completo para afrontar los diferentes problemas que existen y que se encuentra en un nivel gravísimamente alto; pues toda la campaña se les va en desprestigiar al contrincante para poner la opinión pública a su favor y lograr  el  voto en las próximas elecciones. Específicamente, los partidos políticos en América Latina, reflejan la argolla o grupo de poder más deshumanizado que han utilizado su grupo ideológicos para lograr un estatus que les permita perpetuarse en el poder y enriquecerse más y más. Es vergonzoso y amoral que, estas «ratas de alcantarilla», ganen salarios que superan el salario mínimo de la mayoría de la población en mucho más del triple, ejemplo: el salario mínimo en El Salvador es de $300 mensuales; mientras que, el de un diputado de la Asamblea Legislativa, ronda los $ 5.000 mensuales. Eso que, en esta nación, los diputados son de los peor pagado en todo el continente americano. Si uno se fija, detenidamente, en la realidad y llega a la conclusión que todo continúa igual, que hay pandillas y delincuentes de cuello blanco; que los precios de las cosas no deja de subir y los salarios se mantienen miserables; que los servicios de salud son una basura ; que las escuelas están inservibles y que los políticos se aumentan el salario año con año; que las empresas constructoras siguen depredando  el medio ambiente; es por la sencilla razón, que la clase política no ha trabajado como se debe y que, muy por lo el contrario, lo ha hecho de la manera más mediocre; imposible de comprender ésto, pues ellos perciben ingresos millonarios en concepto de impuestos y donaciones de países «amigos».

Mientras no tengamos políticos con una verdadera visión humana, el problema de las grandes mayorías en nuestras naciones, nunca tendrán solución. En la medida que las personas no lleguen a un cargo público con el objetivo de subir de clase social y perpetuarse en el poder, así también, América Latina y muchos otros países, que se auto llaman desarrollados,»verán la luz al final del túnel» para las crisis sociales por las que pasan.

Para terminar, cuando los políticos tomen en cuenta el lema, dicho por mi recién nombrado Presidente, Nayib Bukele: » el dinero alcanza cuando nadie se lo roba»; las cosas irán mejorando para todos; ya que los mayores ladrones, en nuestros naciones ,son los «delincuentes de cuello blanco», los amadores y vividores de la partidocracia,  los políticos corruptos, insensibles y explotadores. Mientras tanto, no me queda estar esperanzado en este nuevo gobernante y pedirle a DIOS, que no vaya a salir igual que los demás ladrones y demagogos que le han precedido.