En cuanto los medios de comunicación empezaron a hacerse eco de que 8Belts era un método único en el mundo y de que nuestro slogan "habla chino en ocho meses" era demostrable, yo empecé a recibir cada vez más llamadas para dar charlas de todo tipo.
Las más apasionantes para mí eran y siguen siendo las motivacionales. En todas ellas hay una frase que procuro no olvidar incluir:
"Mis talentos no son mayores que los vuestros. Simplemente diferentes. Todos y cada uno de los que estáis en esta sala tenéis al menos una habilidad única que dejaría al resto de la sala boquiabierta".
Esa área es tu punto estrella, y tú su Michael Jordan. Para ti constituye un pozo de petróleo.
Tú navegas por la vida y la vida te lanza miles, millones de situaciones a las que te encaras a diario y ante cuya inmensa mayoría nada sucede. Pero de repente un día ante una de ellas se da una situación en la que algo sí sucede. La vida observa la situación, te observa a ti, observa tu reacción y te dice:
"Un momento. Acaba de suceder algo. Tu reacción ante este evento no es igual que el de otras personas. Es diferente. Especial...
...Tal vez estés ante un momento petróleo".
Y ante eso tú debes hacer algo que no es fácil: escuchar esa alerta que la vida te ha lanzado, examinarte y ver si realmente ahí hay una mina que explotar. Si la respuesta es sí, es importantísimo que seas consciente de su existencia, ya que esa habilidad que tú tienes es singular, algo que muchos desearían tener. Una vez la descubres, tú eres el responsable de que no caiga en el peligroso saco del desaprovechamiento.
Los pozos de petróleo son auténticas minas para ti y para tu felicidad. No porque te vayan a dar dinero, sino porque te darán realización. Suponen una inmensa fuente de realización personal en áreas de las que solamente tú, por ser exactamente quien tú eres, puedes sacar partido. Serás tú y no otro porque lo que para ti es petróleo para otro es nada, igual que lo que para ti es nada, para otro es petróleo. ¿Por qué tú? porque el tipo de padres que has tenido, el momento en la historia en que has nacido, tus experiencias, tus fracasos, tus triunfos, tus méritos, tus humillaciones, tu genética, tu conocimiento, tu visión, tus anhelos, tus batacazos, tus esfuerzos, tu aprendizaje, tus logros, tus manos, tu cabeza, tu corazón... porque todo eso, junto, te hace único. Y esa singularidad te hace ser el mejor y único candidato para poseer y aprovechar ese pozo. Es lo que yo llamo el Emparejamiento Perfecto. Tú y tu pozo. O lo que es más frecuente, tú y tus pozos.
Un momento petróleo sería el día en que Frank Sinatra estuvo por primera vez delante de un micrófono, el día que Pablo Picasso tuvo en su mano su primer pincel o el que Steve Jobs o Bill Gates estuvieron delante de su primer ordenador. Ese día la vida les habló y les dijo "aquí acaba de suceder algo especial que podría cambiar el resto de tu vida". Y de hecho la cambió. No sólo la de ellos, sino la de miles de millones de personas que se beneficiaron de que ellos hubieran encontrado su pozo. Se produjo uno de esos Emparejamientos Perfectos. El petróleo necesitaba ser extraído y los genios necesitaban extraerlo.
Todos llevamos un mini (a veces "maxi") genio dentro que pide a gritos ser extraído. Eso no significa que nuestros mini-genios interiores vayan a hacernos a cada uno mundialmente conocidos. Pero esto es curioso porque si hay un motivo por el que nuestras genialidades no nos harán conocidos, no es tanto porque no sean genialidades, sino porque no todas son valoradas con la misma efusividad por la sociedad. Ser un genio del cine o la pintura siempre recibirá mucho más reconocimiento que ser un genio en jardinería o arreglando relojes. No porque tenga un mayor valor, sino porque tiene mayor visibilidad. Pero lo importante no es ni la visibilidad ni el reconocimiento que recibas, sino la realización que tú sientas. Los pozos de petróleo son, por encima de todo, pozos de realización, y lo importante no es cuánto te hacen sentir valorado por fuera, sino cuánto te hacen sentir realizado por dentro. Lo importante no es si alguien se dedica a cantar o a cuidar plantas, sino cómo de realizado se encuentra el cantante con la canción o el jardinero con las plantas, o lo que es lo mismo, cuánta satisfacción extrae cada uno de sus pozos de petróleo personales. Pero nada de ello se consigue sin el primer paso. Detectarlos.
Aquí juegan un importante papel tanto el sistema educativo como nuestros padres. Igual que nosotros debemos estar en constante alerta con nosotros mismos, los padres deben estarlo con sus hijos para averiguar cuándo hay un momento petróleo, cuándo no y cuándo hay algo que parecía serlo pero resultó ser una falsa alarma. Los padres tienen una responsabilidad mayor porque el sistema educativo no siempre ha sabido cumplir con la suya. Considero que uno de los principales fracasos del sistema educativo es que se preocupa más por hablar que por escuchar. Si en lugar de ser así fuera al revés, se darían cuenta de que lo importante es lo que extraes de la cabeza del niño, no tanto lo que metes en ella.
La clave no está en lo que aprende el niño del mundo, sino en lo que para adaptarse al mundo, aprende de sí mismo.
Si en doce años de educación solo se consiguiera que el alumno descubriera dos o tres de sus pozos de petróleo y se le ayudara a saber en qué áreas cuenta con un valor especial que pueda aportar al mundo, sólo eso valdría mucho más que los cientos de horas de deberes y exámenes. El mundo sería el segundo mayor beneficiado. El niño, el primero. Como el sistema educativo no lo consigue, de ahí que todo el peso recaiga sobre los padres durante la niñez y sobre nosotros mismos de adultos. Darse cuenta demasiado tarde supone un aumento del desaprovechamiento, el cual ya hemos visto que es el verdadero enemigo de la vida.
Yo pasé diez años de colegio en España. Era malo en dibujo, mediocre en manualidades y varias pruebas objetivas indicaron que era excepcional en matemáticas, pero nunca recibí una sola palabra de ánimo que reconociese esa excepcionalidad. En consecuencia concluí y actué como si ese talento nunca lo hubiera tenido. Eso es un desaprovechamiento, y una parte de él es irrecuperable, porque fomentar pronto el talento es multiplicar su recorrido.
Pero además de ser un desaprovechamiento, es algo injusto, descompensado, incluso sesgado, no a favor del niño, sino en su contra, y debe ser evitado. ¿Cómo evitarlo? Identificando el pozo del que el niño, o tú en este caso, vais a sacar ese petróleo de donde el resto no habríamos extraído nada.
Todos tenemos al menos un área de talento y pasión que dejaría a las personas de nuestro entorno atónitas y de la que, una vez identificada, podremos obtener inmensas dosis de realización personal. Esta área o áreas son nuestros puntos-estrella y constituyen nuestros pozos de petróleo personales.
El paso uno está en identificarlos. El paso dos está en aprovecharlos.
Fuente: Del libro "Los 88 Peldaños del Éxito". Anxo Pérez, CEO 8Belts.com (chino en 8 meses). www.anxoperez.com
C. Marco