Tras llevar 3 semanas en la ciudad moviéndome libremente, haciendo la compra… puedo legítimamente empezar a quejarme sobre cosas que me ponen de muy mal humor en esta región. Los precios de esta ciudad me están costando la salud por dos motivos:
1. Quieren obligarme a comer mal y no nutrirme como Dios manda y engordar como una ballena.
2. He tenido varios amagos de infarto al corazón en algunos pasillos del supermercado al punto de tirarme al suelo y gritar: “que me traigan el desfibrilador por favorrr!!” sólo con descubrir los precios de algunos bienes y materiales que tan felizmente compro en Madrid. (Cuánto te echo de menos Mercadona! Snif Snif…) Tantos sustos no pueden ser buenos para el cuerpo y la mente, y cada vez que salgo del supermercado después de hacer la “spesa” mínima semanal me entran ganas de patalear y llorar frente a la cajera.
Milán es una de las ciudades más caras de Europa, no es ningún secreto. Sin duda es la más cara de Italia, incluso por encima de la capital según algunos datos. Analizando los precios en 2011, resultó que vivir en Milán salía 400 euros mensuales más caro que vivir en cualquier otra parte de Italia.
Para que podáis visualizarlo mejor empezaré a daros referencias. Podemos empezar con la gasolina para los coches. Recuerdo que el verano pasado en Madrid alcanzamos el récord de precios poniéndonos en los 1,40 el litro según creo recordar. Bien, habitualmente el litro de diesel (el más barato) viene costando 1,70 – 1,80 aquí. Echáos a llorar porque yo no puedo entender cómo los italianos pueden costearse esa conducción temeraria de adelantamientos relámpago, frenazos y un sin fin de maniobras que chupan como nada el combustible.
Otro índice bueno para mirar es el precio de los taxis. En Milán no se cogen taxis, sólo los que van a Montenapoleone deben cogerlos porque cuestan un riñón y medio. A nosotros sólo se nos ocurrió coger una vez un taxi en Roma estando de vacaciones y tras 200 metros nos bajamos… llevábamos 7 euros de factura por ese trayecto… En Milán hay poquísimos taxis comparado con los que encontraréis en cualquier ciudad española y el motivo es su precio. Por un trayecto de 8 km te cobran como mínimo 11 euros, sumándole el levantado de bandera que creo que en mi caso fueron 4 euros, pero no lo recuerdo muy bien.
Por útlimo, os llevo hasta el supermercado para poder llorar a gustito ahí… Todos los precios no los tengo controlados pero sin duda hay 2 tipos de producto que cuando me acerqué al estante a por ellos pensé que me estaban gastando una broma con cámara oculta. Los milaneses o están forrados o nos tienen muy bien engañados porque los productos de higiene personal y las carnes en este ciudad son única y exclusivamente para ricos.
Carnes y sus precios – Esselunga
Empecemos con las carnes… los expatriados low cost como yo lo van a tener difícil, muy difícil para comprar alegremente carne. Las bandejas de filetes de ternera, carne para asar… vienen rondando los 15 euros, he visto hasta bandejas con 4 filetitos por 20 y 25 euros. Y NO! No me creo que sean unas vaquitas que han pastado en la mejor hierba de los campos del paraiso, son normales, es carne normal pero a precios desmesurados. No hay por dónde cogerlos!! Y eso que la mayoría de las bandejitas llevan algún descuento del 20 o 30%. Me figuro que si no… no hay quien se atreva.
Pero si pensasteis como yo de forma inteligente…” pues compraré cerdo, pollo o pavo que es mucho más barato”… ERROR!! Os daré un dato muy objetivo: Ayer compré dos hamburguesitas pequeñitas de pavo (sólo dos!!) y me costaron 2 euros, una bandeja de 6 filetitos (de los pequeños) de pollo me costó 8 euros y una bandejita de 6 filetitos de pavo más o menos lo mismo. Es para llorar… La solución low cost por supuesto es comer siempre pasta y arroz, pero para el que quiere mantener la línea… no es muy buena idea.
Tampax – Esselunga
Y ahora vamos con otra cosa importante… esto dirigido a las mujeres: para Milán no somos dignas. El hecho de cada mes llegue una cosa llamada periodo, símbolo de nuestra fertilidad para que un día seamos mamás, es bien penalizado en esta ciudad. Las mujeres que compran en Esselunga (uno de los más baratos supermercados) tendrán que conformarse con no comprar tampones más en su vida y apañarse con compresas toda la vida o pagar los 8 eurazos que vale una cajita de Tampax. Así como os lo cuento, y lo peor es que variedad cero: tienes Tampax y tienes una marca más. Y YA! Eso sí, existe una enorme variedad hasta el infinito de compresas de todos los tipos y colores.
Champús y sus precios – Esselunga
Para terminar, irás al pasillo de los jabones, champús y cremas hidratantes… en ese momento sabrás que el estar limpito sale caro, y en Milán mucho más. Un champú te vale de media 3 – 4 euros (suben hasta los 7 euros algunos de ellos) y a lo mejor con suerte encuentras sólo uno por debajo de ese precio. Sobre la crema hidratante ni hablamos… o te dejas el sueldo en un bote de 100 ml de crema o vas con la piel de lagarto forever.
Aunque el sueldo mínimo en Italia es de 5,50 euros la hora (880 euros al mes) según he leído, el nivel de precios es totalmente exagerado y nada recomendable para la vida low cost de los recién llegados.