Se acaba septiembre y sin darnos cuenta y con el otoño encima ya todos hemos entrado por el aro de la rutina. ¡Qué rápidas han pasado estas tres primeras semanas! Casi sin darme cuenta Rayo se ha adaptado perfectamente al nuevo curso. Todo ha sido tan fácil que tengo que esforzarme por recordar que en años anteriores las cosas no fueron tan fluidas. Pero el tiempo pasa, ellos maduran y todo se normaliza.
El profesor de este primer curso de Primaria parece que es del agrado del peque, aunque aún no he podido hablar con tranquilidad con él. Siempre me gusta dejar que llegue noviembre para solicitar esa primera reunión que recomiendo a todos los padres tener. En ese tiempo profesor y alumno han podido conocerse y creo que se hace necesario que en ese momento los padres aparezcan en escena -sino lo han hecho antes- para que todo funcione a la perfección.
Por ahora él está descubriendo lo que supone esto de empezar un nuevo ciclo: asignaturas nuevas, método de trabajo distinto, profesor nuevo, nuevos compañeros... han sido muchos cambios pero los ha encajado sin problemas.
Mañana comenzamos el último cambio previsto, la jornada continua. Tal y como se aprobó el pasado curso desde mañana tendremos horario continuo, de 9 a 14 horas. Como Rayo no se queda a comer, a esa hora le recogeré y podremos disfrutar de la tarde, acudir a las extraescolares programadas, jugar en el parque o lo que toque. Personalmente estoy muy contenta con el nuevo horario, creo que favorece mucho a los niños pues centra sus actividades en un horario mucho más conveniente que el de la tarde.
Me consta que muchos padres no ven con buenos ojos este horario, aunque no tanto mirando por los niños, sino por su jornada laboral, lo cual se hace comprensible pues todos sabemos que no es fácil para muchos conciliar trabajo y familia. Por informaciones incorrectas se piensa que el horario del colegio se ve alterado y sin dejar siquiera la posibilidad de explicación alguna se niegan en rotundo siquiera a oir hablar de ello. Bien, pues para esos padres he de decir que -al menos en nuestro caso- el centro respetará el horario que anteriormente teníamos, es decir, de 9 a 16 horas. Lo único que cambia es el horario escolar de los niños. Éstos darán clase hasta las 14 horas y aquellos alumnos que se queden a comedor, podrán ser recogidos por sus padres a las 16 horas.
Este fue un punto muy importante en el que el colegio incidió el pasado curso antes de someter a votación el cambio de jornada, pues era lo que más preocupaba a muchos padres y madres. Una vez que quedó esto claro entonces ya se pudo explicar por qué se consideraba mejor el horario continuado.
Hoy Madre Reciente también habla de ello en su blog. Os invito a leer su reflexión.
Mañana empezamos una nueva etapa ¡y me gusta!