Revista Sociedad

Los privilegios de la alta burocracia federal

Publicado el 11 julio 2011 por Josecarbonell

Personas de irreprochable conducta privada, espejos de moralidad en su casa y en su barrio, no tienen escrúpulos en disponer de los bienes públicos como si fuesen propios. En el régimen patrimonial son más bien vagas y fluctuantes las fronteras entre la esfera pública y la privada, la familia y el Estado.

Octavio Paz

México es la explotación de quien está arriba, de ver el poder como un botín para repartirse los recursos de manera excesiva, de manera injustificada entre la clase política.

José Antonio Crespo

Hace unos años me contaron una anécdota que no deja de ser representativa de la situación de la alta burocracia de este país. Un conocido mutuo le cuestionó –de forma amigable— a una importante funcionaria del Poder Judicial Federal su alto salario, desproporcionado incluso para países “de primer mundo”.

—Cómo crees, si apenas y me alcanza para vivir, contestó, mientras el chofer le abría la puerta de una camioneta de lujo, para dirigirse a su casa de descanso en el estado de Morelos. Cabe apuntar que esta conversación se desarrolló un jueves a las dos de la tarde y el personaje en cuestión no tenía contemplado regresar a sus labores hasta el lunes siguiente.

Este es sólo un ejemplo de los privilegios de nuestra burocracia más encumbrada.

Los privilegios de la alta burocracia federal

La historia viene a cuento debido a que una reciente investigación del periódico El Universal expone la situación actual de esta casta dorada dentro del gobierno federal.[1]

Dicho diario afirma que “el 2.9% de los funcionarios de la burocracia federal acaparará, durante 2011, 22% del presupuesto para sueldos y prestaciones de 18 secretarías de Estado, de la Procuraduría General de la República (PGR) y de la Presidencia de la República. Esto quiere decir que 31 mil 611 servidores públicos ganan entre uno y 3.3 millones de pesos al año.” O lo que es lo mismo: tres de cada cien funcionarios consumen más de una quinta parte de los recursos destinados al pago de toda la nómina en el gobierno federal.

La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales encabeza la lista con más funcionarios con ingresos anuales por encima de un millón de pesos: 8 mil 168 empleados; le siguen la Secretaría de Energía (6 mil 899), Hacienda (4 mil 294) y la PGR (con 2 mil 48). El 57% de la nómina de la Secretaría de Turismo está destinado a dicho tipo de empleados; le sigue la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (con 42%), Hacienda y la PGR (con 39% cada una), y la Secretaría del Trabajo (28%).

En la punta de la pirámide se encuentran 282 empleados federales que gozan de un sueldo mayor a los 3 millones de pesos anuales. En dicha lista están el Presidente de la República, 17 secretarios de Estado, el titular de la PGR, varios subsecretarios, así como algunos directores generales, jefes de unidad y oficiales mayores.

Para darnos cuenta de la verdadera magnitud de estas percepciones, nada mejor que echar una mirada al exterior.

Nuestros secretarios de Estado ganan más, por ejemplo, que Dilma Rousseff, Presidenta de Brasil, o que el secretario de Defensa norteamericano.

Según reporta el mencionado diario, el director general del Fondo de Garantía y Fomento para la Agricultura y la Ganadería, una obscura entidad adscrita a la Secretaría de Hacienda, tiene un ingreso mayor al de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos; de Ban Ki-moon, Secretario general de la ONU; o de José Luis Rodríguez Zapatero, Presidente de España. Si se quiere ver desde otra perspectiva, dicho funcionario gana mensualmente el equivalente a poco más de 4,609 días del salario mínimo vigente.

Cabe precisar que este recuento se limitó únicamente a los funcionarios del Ejecutivo federal. No se incluyeron por tanto los poderes Legislativo y Judicial, los diversos organismos autónomos, ni los gobiernos estatales o municipales, en donde la situación no es muy diferente. Por el contrario, en algunos casos, resulta incluso más escandalosa.

La pregunta obligada entonces es si está justificado que algunos servidores públicos –lejos de vivir en la honrada medianía que predicaba Benito Juárez— perciban dichos ingresos, o en realidad se trata de uno más de los abusos a los que nos tiene acostumbrados nuestra clase política.

[1] http://www.eluniversal.com.mx/primera/36765.html

Articulo publicado el 9 de mayo de 2011 en http://www.gurupolitico.com/2011/05/los-privilegios-de-la-alta-burocracia.html


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