La Unión Europea ha dado enormes privilegios a las grandes empresas. Más tarde, se vuelven contra ella y ponen en peligro sus propias políticas. El caso de la energía es un ejemplo dramático: si la UE sigue adelante de verdad con su plan de acción climática lloverán docenas de demandas contra los gobiernos. Lo explico con detalle en este artículo
