Las crisis por las que ha pasado la historia a lo largo de los procesos desarrollados, deja qué hablar respecto a su presente y cómo esta se ha construido a lo largo del tiempo. Ello puede parecer obvio, pero a diferencia de ciclos anteriores, ha entrado en duda la <<Historia>>, aquella con mayúscula que venía profesionalizándose durante el siglo XIX. Pues bien, por tanto hoy en día aparecen en juego nuevos enfoques con respecto a la metodología historiográfica, cuya vinculación del progreso se ha visto despojada a través de la importancia del presente dentro de la historia.
La ola memorial en Francia, así como el testimonio sobre los campos de concentración durante el período de Guerras Mundiales, entrega variadas interrogantes en cuanto apertura de las Ciencias Sociales, para un mejor desarrollo de la historiografía. De esta manera es que se ha hecho pertinente para el uso de esta última variados testimonios, documentales y relatos. Ahora bien, con ello también es que se pone en la mesa el problema de la veracidad en la historia, claro, la Historia poseía de por sí un carácter incuestionable, pero hoy en día es posible percibir que lo político no es lo único meramente importante parael desarrollo de la historia.
El problema entre Herodoto y Tucídides parece que cobra más relevancia que nunca, pues el lograr mantener un relato a través del tiempo no es sinónimo de falsedad, tal como se pensaba antes en la Grecia de Pericles. Cabe por tanto preguntarse en nuestra contemporaneidad si es que es realmente pertinente tomar en cuenta estos variados matices que entrega la existencia de nuestro presente hasta qué punto es viable, con el fin de no caer en un problema de indefinición o de vorágine sin posibilidad de reacción.
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