Revista Educación

Los problemas del whatsapp

Por Siempreenmedio @Siempreblog

 

Que el whatsapp es un invento maravilloso y nos ha traído miles de ventajas, es indiscutible. Estar conectada al instante con quien sea; tener controlado a tu hijo adolescente en todo momento; hacer una consulta a tu pareja cuando estás haciendo la compra; enviar una foto del tema que tiene que estudiar el niño y que dejó olvidado en el cole; felicitar santos, cumpleaños, nuevos empleos… ¡Qué sé yo! A todos se nos ocurren mil razones por las que ensalzar esta magnífica aplicación.

Pero también tiene un peligro muy grande, bueno, unos cuantos. Además de generar incomunicación, monopolizar cenas entre amigos y provocar accidentes de tráfico, existen otros riesgos. Para empezar, se trata de un mensaje plano, sin imagen, sin tono, corremos el riesgo de no interpretar correctamente las palabras que hemos recibido y lo que comenzó como una conversación sin ningún trasfondo puede terminar ‘mu malamente’. Solución: cuando notes que la persona que recibe tu whatsapp no lo está entendiendo tal y cómo es, coge el teléfono y llama.

Otro de los males menores que conlleva es la sensación de que el que recibe tu mensaje está ahí esperándolo, dispuesto a no tardar ni medio segundo en responderte, siempre alerta. Desesperamos si no nos contestan en el minuto uno y nos tiramos del primer puente si no lo hacen en los siguientes 30. Craso error. Si tienes prisa por recibir una respuesta, vuelve a la solución número uno. 

Foto: drchaos.com

Foto: drchaos.com

Los grupos también me tocan un poco los pies. Es fantástico cuando quieres compartir lo mismo con un colectivo grande, pero cuando se convierten en un buzón de chistes, fotos absurdas o eróticas y conversaciones monopolizadas por dos de los integrantes que nos tenemos que tragar todos… ¡Colega, escríbele a su whatsapp personal y ahórrame los 173 mensajes!

¿Y cuándo lo que te envían es una cadena? ¡Es que todavía la peña sigue mandando las cadenas de las narices! Si, esas de ‘si no se lo envías a 10 personas en menos de cinco minutos te caerá un rayo castigador y serás desgraciada el resto de tu vida’. Por favor, ahórrenme eso también. No la voy a reenviar nunca así que, si me aprecian, no me las manden y así la mala suerte no me perseguirá hasta el fin de mis días.

Los errores de envío son casi la peor de las consecuencias. Lo normal es tener varios contactos con el mismo nombre y van todos seguidos, es habitual mandar un mensaje a la persona incorrecta sin darse cuenta. No sería la primera vez que llega el anuncio de un fallecimiento y, después de estar llorando diez minutos, te dicen que el mensaje no era para ti. Eso por no hablar de las infidelidades que se han descubierto gracias a este medio.

En fin, que sí, que el whatsapp es el invento de la década, pero no es oro todo lo que reluce y seguro que a ustedes se les ocurren más razones por las que se debe usar con precaución, ¿o no?

 


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