Revista Salud y Bienestar
Los profesionales del SAS se fijan nuevos objetivos para la lucha contra las resistencias a los antibióticos
Por Fat
Los profesionales de los centros sanitarios andaluces se van a fijar como objetivo incrementar los esfuerzos en la lucha contra las resistencias a los antibióticos, para lo que tendrán acceso a una guía sobre la optimización de los usos de los antimicrobianos. Este documento, que nace del acuerdo de colaboración suscrito entre la Consejería de Salud y la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas, responde a una nueva realidad clínica en la que están aumentando las resistencias a los antimicrobianos (en particular, a los antibióticos) y, por tanto, se están reduciendo las posibilidades de que un paciente diagnosticado de una infección responda bien al tratamiento que se le prescribe.
En concreto, el Servicio Andaluz de Salud va a incluir entre los objetivos que se firman anualmente con todos los centros sanitarios su compromiso para desarrollar un programa multidisciplinar que actualice las indicaciones de estos fármacos. Esta medida, que se integrará de manera efectiva en 2012, prevé también la creación de equipos de profesionales dedicados específicamente a mejorar el uso que se hace de los antibióticos en Andalucía.
Las directrices se están elaborando según las recomendaciones del Programa de Optimización de Antimicrobianos, denominado Proa, que ha editado el Grupo para el Estudio de la Infección Hospitalaria de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica conjuntamente con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y con la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública. Entre ellas, se encuentran la monitorización del consumo y de las resistencias, la evaluación de la calidad de la prescripción y los resultados clínicos, así como intervenciones educativas orientadas a elevar la concienciación del uso correcto de estos medicamentos.
En esta línea, la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas celebra desde mañana al sábado el Congreso Anual de la Sociedad, que coincide con el Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos que este año se dedica a ‘Frenar el uso innecesario de antibióticos’.
Este marco teórico se complementa con las conclusiones que se han ido extrayendo de experiencias previas llevadas a cabo en diversos centros de Andalucía. Así por ejemplo, un estudio dirigido por el director de la Unidad de Gestión Clínica de Infecciones del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, Jesús Rodríguez-Baño, ha mostrado que la mortalidad de los pacientes afectados por infecciones bacterianas generalizadas (llamadas bacteriemias) causadas por el microorganismo Escherichia coli es del 9% si la bacteria resulta sensible al tratamiento inicial, y del 35% cuando es resistente. Este hallazgo, que es aplicable a otras bacterias y a otro tipo de infecciones, demuestra que la mortalidad de ciertas infecciones es muy elevada cuando están causadas por bacterias que no responden a los medicamentos indicados.
-Consumo de antibióticos
En general, la tasa de resistencia se expresa para cada microorganismo y para cada antibiótico; no hay una tasa global única de resistencias. Así, en nuestro medio existen bacterias que son resistentes a todos los antibióticos conocidos y otras que fácilmente responden a los tratamientos. Del grupo de las enterobacterias patógenas, entre las que se encuentra el Escherichia Coli, causa de muchas infecciones urinarias, hasta un 30% son resistentes a los antibióticos indicados habitualmente en este tipo de infecciones.
La automedicación es uno de los factores que están incrementando las resistencias a los antimicrobianos. Un extenso estudio realizado dentro del Proyecto URANO (Uso Racional de los Antibióticos Orales) en España ha revelado que el 32% de los antibióticos se adquieren sin receta para usarlos frente a infecciones respiratorias altas y las infecciones bucales. Por otro lado, también se puede estimar que entre el 3 y el 20% de los pacientes que consultan un cuadro febril con su médico de familia refiere estar tomando antibióticos.
El uso de antibióticos en Andalucía en el año 2010 fue de 23,9 dosis diarias por 1.000 habitantes. Cabe destacar que el 70% del consumo en el ámbito extrahospitalario se concentra en el subgrupo de las penicilinas, fármacos de primera elección dado que resultan efectivos frente a la mayoría de los microorganismos responsables de infecciones en el ámbito de atención primaria. El consumo de estos medicamentos ha tendido a estabilizarse en los últimos cinco años.
En cambio hay otros subgrupos que han registrado un descenso en este marco temporal, como las cefalosporinas y macrólidos, que cubren un mayor número de microorganismos (son por tanto de espectro ampliado) pero deben reservarse para infecciones donde se conoce el microorganismo responsable o bien para las que no hayan respondido a la primera línea de tratamiento.
En términos absolutos, el gasto en antibióticos en Andalucía en 2010 fue de 54,8 millones de euros, con un consumo de 6,7 millones de envases.
-Plan de Vigilancia y Control de Infecciones
Ante este contexto, la Consejería de Salud ya editó en 2002 el Plan de Vigilancia y Control de Infecciones Nosocomiales, para los hospitales del sistema sanitario público de Andalucía durante el periodo 2002-2011. Así, la política antibiótica y prevención de resistencias se incluyó como una medida más dentro del grueso de las puestas en marcha por la administración para el control efectivo, como son la higiene de manos y uso correcto de guantes, recomendaciones para la prevención de infecciones en intervenciones quirúrgicas, prevención de infecciones asociadas al uso de procedimientos invasivos, u otras medidas de aislamiento y protección ante enfermedades transmisibles en auge.
En cuanto al uso racional o adecuado de antibióticos, la dirección general de Asistencia Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud junto a distintas subdirecciones trabajan en la organización de actividades continuadas. Además, cada Área o Unidad de Gestión Sanitaria dispone de una Comisión de Infecciones y Política Antibiótica que se encarga entre otras funciones de promover el buen uso de estos medicamentos y vigilar o evaluar el consumo que se hace de los mismos y las resistencia locales.
En concreto, la Comisión Asesora del Plan de Vigilancia y Control de las Infecciones Nosocomiales, desde el año 2002, analiza toda la información relativa a infecciones y resistencias antimicrobianas que aportan los centros, difunde un informe detallado y elabora recomendaciones particulares en las áreas priorizadas. En 2009, por ejemplo, este organismo elaboró el marco general y recomendaciones para el uso correcto de antibióticos y prevención de resistencias, para que cada centro priorizara el desarrollo de programas locales hospitalarios y de área según sus necesidades.
Por otro lado, desde el año 2005 los profesionales pueden acceder a actividades internas de formación, realizadas en colaboración con la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas para su desarrollo en todas las provincias andaluzas, centradas en el buen uso de los antimicrobianos en los distintos síndromes o enfermedades infecciosas, tanto en ámbito hospitalario como de atención primaria.
El objetivo de estas actividades es, además de mejorar la situación clínica de los pacientes, promover el carácter investigador de los profesionales, sobre todo, con estudios acumulativos de sensibilidad que ayuden a la elección de los tratamientos. Otro de los fines es la elaboración de guías clínicas de manejo de antimicrobianos y priorización de intervenciones para el buen uso.
En esta línea, este año se están desarrollando un conjunto de actividades formativas con seis tipos distintos de talleres de distintos contenidos y dirigidos a distintos tipos de profesionales y ámbito de trabajo con Fondos de cohesión del Ministerio de Sanidad, obtenidos tras presentar un proyecto para la mejora del uso de los antibióticos y prevención de resistencia.
En concreto, el Servicio Andaluz de Salud va a incluir entre los objetivos que se firman anualmente con todos los centros sanitarios su compromiso para desarrollar un programa multidisciplinar que actualice las indicaciones de estos fármacos. Esta medida, que se integrará de manera efectiva en 2012, prevé también la creación de equipos de profesionales dedicados específicamente a mejorar el uso que se hace de los antibióticos en Andalucía.
Las directrices se están elaborando según las recomendaciones del Programa de Optimización de Antimicrobianos, denominado Proa, que ha editado el Grupo para el Estudio de la Infección Hospitalaria de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica conjuntamente con la Sociedad Española de Farmacia Hospitalaria y con la Sociedad Española de Medicina Preventiva y Salud Pública. Entre ellas, se encuentran la monitorización del consumo y de las resistencias, la evaluación de la calidad de la prescripción y los resultados clínicos, así como intervenciones educativas orientadas a elevar la concienciación del uso correcto de estos medicamentos.
En esta línea, la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas celebra desde mañana al sábado el Congreso Anual de la Sociedad, que coincide con el Día Europeo del Uso Prudente de Antibióticos que este año se dedica a ‘Frenar el uso innecesario de antibióticos’.
Este marco teórico se complementa con las conclusiones que se han ido extrayendo de experiencias previas llevadas a cabo en diversos centros de Andalucía. Así por ejemplo, un estudio dirigido por el director de la Unidad de Gestión Clínica de Infecciones del Hospital Virgen Macarena de Sevilla, Jesús Rodríguez-Baño, ha mostrado que la mortalidad de los pacientes afectados por infecciones bacterianas generalizadas (llamadas bacteriemias) causadas por el microorganismo Escherichia coli es del 9% si la bacteria resulta sensible al tratamiento inicial, y del 35% cuando es resistente. Este hallazgo, que es aplicable a otras bacterias y a otro tipo de infecciones, demuestra que la mortalidad de ciertas infecciones es muy elevada cuando están causadas por bacterias que no responden a los medicamentos indicados.
-Consumo de antibióticos
En general, la tasa de resistencia se expresa para cada microorganismo y para cada antibiótico; no hay una tasa global única de resistencias. Así, en nuestro medio existen bacterias que son resistentes a todos los antibióticos conocidos y otras que fácilmente responden a los tratamientos. Del grupo de las enterobacterias patógenas, entre las que se encuentra el Escherichia Coli, causa de muchas infecciones urinarias, hasta un 30% son resistentes a los antibióticos indicados habitualmente en este tipo de infecciones.
La automedicación es uno de los factores que están incrementando las resistencias a los antimicrobianos. Un extenso estudio realizado dentro del Proyecto URANO (Uso Racional de los Antibióticos Orales) en España ha revelado que el 32% de los antibióticos se adquieren sin receta para usarlos frente a infecciones respiratorias altas y las infecciones bucales. Por otro lado, también se puede estimar que entre el 3 y el 20% de los pacientes que consultan un cuadro febril con su médico de familia refiere estar tomando antibióticos.
El uso de antibióticos en Andalucía en el año 2010 fue de 23,9 dosis diarias por 1.000 habitantes. Cabe destacar que el 70% del consumo en el ámbito extrahospitalario se concentra en el subgrupo de las penicilinas, fármacos de primera elección dado que resultan efectivos frente a la mayoría de los microorganismos responsables de infecciones en el ámbito de atención primaria. El consumo de estos medicamentos ha tendido a estabilizarse en los últimos cinco años.
En cambio hay otros subgrupos que han registrado un descenso en este marco temporal, como las cefalosporinas y macrólidos, que cubren un mayor número de microorganismos (son por tanto de espectro ampliado) pero deben reservarse para infecciones donde se conoce el microorganismo responsable o bien para las que no hayan respondido a la primera línea de tratamiento.
En términos absolutos, el gasto en antibióticos en Andalucía en 2010 fue de 54,8 millones de euros, con un consumo de 6,7 millones de envases.
-Plan de Vigilancia y Control de Infecciones
Ante este contexto, la Consejería de Salud ya editó en 2002 el Plan de Vigilancia y Control de Infecciones Nosocomiales, para los hospitales del sistema sanitario público de Andalucía durante el periodo 2002-2011. Así, la política antibiótica y prevención de resistencias se incluyó como una medida más dentro del grueso de las puestas en marcha por la administración para el control efectivo, como son la higiene de manos y uso correcto de guantes, recomendaciones para la prevención de infecciones en intervenciones quirúrgicas, prevención de infecciones asociadas al uso de procedimientos invasivos, u otras medidas de aislamiento y protección ante enfermedades transmisibles en auge.
En cuanto al uso racional o adecuado de antibióticos, la dirección general de Asistencia Sanitaria del Servicio Andaluz de Salud junto a distintas subdirecciones trabajan en la organización de actividades continuadas. Además, cada Área o Unidad de Gestión Sanitaria dispone de una Comisión de Infecciones y Política Antibiótica que se encarga entre otras funciones de promover el buen uso de estos medicamentos y vigilar o evaluar el consumo que se hace de los mismos y las resistencia locales.
En concreto, la Comisión Asesora del Plan de Vigilancia y Control de las Infecciones Nosocomiales, desde el año 2002, analiza toda la información relativa a infecciones y resistencias antimicrobianas que aportan los centros, difunde un informe detallado y elabora recomendaciones particulares en las áreas priorizadas. En 2009, por ejemplo, este organismo elaboró el marco general y recomendaciones para el uso correcto de antibióticos y prevención de resistencias, para que cada centro priorizara el desarrollo de programas locales hospitalarios y de área según sus necesidades.
Por otro lado, desde el año 2005 los profesionales pueden acceder a actividades internas de formación, realizadas en colaboración con la Sociedad Andaluza de Enfermedades Infecciosas para su desarrollo en todas las provincias andaluzas, centradas en el buen uso de los antimicrobianos en los distintos síndromes o enfermedades infecciosas, tanto en ámbito hospitalario como de atención primaria.
El objetivo de estas actividades es, además de mejorar la situación clínica de los pacientes, promover el carácter investigador de los profesionales, sobre todo, con estudios acumulativos de sensibilidad que ayuden a la elección de los tratamientos. Otro de los fines es la elaboración de guías clínicas de manejo de antimicrobianos y priorización de intervenciones para el buen uso.
En esta línea, este año se están desarrollando un conjunto de actividades formativas con seis tipos distintos de talleres de distintos contenidos y dirigidos a distintos tipos de profesionales y ámbito de trabajo con Fondos de cohesión del Ministerio de Sanidad, obtenidos tras presentar un proyecto para la mejora del uso de los antibióticos y prevención de resistencia.
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