La inauguración de los JJOO de Londres 2012, fue saludada por la prensa oficial china –que no puede olvidar los de Pekín 2009– como “espectacular, sorprendente, divertida y muy británica”, recordando que sus fuegos artificiales, eran “made in China”, la mayoría fabricados en la ciudad de Liuyang, de la provincia central de Hunan (la patria chica de Mao Zedong). Para la mayoría de los espectadores en Londres, fue una presentación “increíble” y “espectacular”, dos adjetivos que se repitieron entre miles de millones de espectadores que la siguió por la televisión. "”Para muchos –subrayó el comentario de la agencia oficial china, Xinhua–, la llegada de Isabel II al estadio, tras un gag en el que se fingía que saltaba desde un helicóptero, fue el punto fuerte de la noche, ya que la monarca mostró su sentido del humor”. Xinhua evitó hacer comparaciones con Pekín 2008. Se limitó a comentar que lo de Pekín había sido una ceremonia con un aire más serio que el adoptado por el cineasta Danny Boyle, director artístico de la apertura de Londres 2012. Si Pekín hizo un alarde de modernidad, Londres, un país con más pasado que futuro, se inclinó por la proximidad, por la humanidad frente a la tecnología, tocando la fibra sensible del espectador, por un repaso de su historia, en una ceremonia que costó 33 millones de euros, por los 80 millones de la de hace cuatro años.
El extra que simuló ser la reina se lanzó al estadio en paracaídas.
Un extra que simulaba ser la reina Isabel II saltó en paracaídas desde un helicóptero sobre el Estadio Olímpico de Londres. Una película recreaba la llegada de la reina Isabel II de Inglaterra al Estadio de Stratford, lanzándose en paracaídas con James Bond desde un helicóptero. A sus 86 años y cumplidas seis décadas en el trono británico, la soberana realizó lo que la organización de Londres 2012 calificó como "”a primera interpretación” de su vida, rodada en el Palacio de Buckingham y en la que se interpretó a sí misma, junto al famoso agente secreto siempre al servicio de la reina. El filme comenzaba en Buckingham, donde la Reina y el actor Daniel Craig, el último James Bond, se montaban en un helicóptero que sobrevuela Londres hasta llegar al Estadio Olímpico. Poco después apareció el helicóptero real sobre el recinto olímpico y, entre el clamor del público y los colores de la bandera británica proyectados sobre el Estadio, James Bond abrió su puerta y se lanzó en paracaídas, precedido por la supuesta Reina, mientras sonaba la conocida música de 007. En ese momento, la soberana hizo su entrada real en el Estadio Olímpico, acompañada de su esposo, el duque de Edimburgo, y Jacques Rogge, presidente del Comité Olímpico Internacional (COI). La organización “aclaró” que fueron en realidad dos conocidos extras, Gary Connery y Mark Sutton, los que se lanzaron en paracaídas sobre el Estadio de Stratford y no la anciana soberana ni el actor británico.
La ceremonia de inauguración, un espectáculo a cargo de Boyle que duró casi cuatro horas, fue todo un homenaje a la vida y a la historia de Gran Bretaña. Un show muy cinematográfico, que recorrió los grandes hitos de las islas. Miles de millones de espectadores vieron en ciento veinte minutos, siglos de vivencias de un pueblo orgulloso de ser como es, de conducir por la izquierda, de comer de manera más que regular, pioneros en otras muchas cosas como en la de marcar tendencias y de escribir muchas páginas de la historia de la humanidad. Luego, Boyle transformó el estadio en una pacífica campiña inglesa, con sus ocas, partidos de cricket o fútbol. Un rápido cambio de escenario que duró un cerrar y volver a abrir los ojos mostró la transformación industrial. Un tercer escenario se trasformó en una pista de baile que sirvió para hacer un repaso al talento musical que encierran las islas. El director de cine no se quiso olvidar del Mini, del invertor de la Web, del submarino amarillo de los Beatles, de los Sex Pistols, de Mick Jagger y los Rolling Stones, de Pet Shop Boys, The Queen, The Who, del movimiento hippie, de los punkies, de Specials, Adele, Bee Gees y de tantos y tantos otros grupos musicales universales que nacieron en las Islas. Antes y después, tuvieron su trocito de gloria Kenneth Branagh, Bradley Wiggins, JK Rowling. Mr Bean, Artic Monkeys, Mike Oldfield… para poner punto final con Paul McCartney y su 'Hey Jude'. Dos horas de pura exhibición de creatividad del director de la película 'Slumdog Millonaire', llegando el momento de los verdaderos protagonistas, los deportistas.
Vista del estadio olímpico con los atletas y el pebetero en el centro.
Curiosamente, la voz de los presentadores sólo hablaron inglés y francés. Ni el alemán, ni el español, ni el ruso ni el chino, ni ninguna de las otras lenguas más habladas se oyó en toda la ceremonia. Una ceremonia que mostró un homenaje a la música y literatura inglesa, con personajes revividos que se pasearon por el estadio londinense. Se revivieron los grandes momentos de la historia inglesa, de la discografía británica y se reconocieron las raíces del Reino Unido. El futobolista David Beckham fue el encargado de llevar la antorcha olímpica por el Támesis hasta el estadio, en plan James Bond, a bordo de una lancha. Surgido en medio del estadio, el pebetero fue encendido por un grupo de deportistas británicos.
Pau Gasol lideró a los más de 150 deportistas españoles que desfilaron por el estadio.
Con Grecia a la cabeza y Gran Bretaña cerrando el paseo, cerca de 10.000 atletas de 206 países desfilaron durante dos horas en el evento más global del planeta. Algunos de ellos ya habían comenzado a pelear por el honor de colgarse una medalla al cuello. Pau Casal, el abanderado más alto, lideró el paso de los españoles mientras la reina Sofía animaba el cortejo desde su puesto de las gradas. Minutos antes de salir al estadio, Rafa Nadal, el tenista que renunció a portar la bandera al retirarse de la competición por una inoportuna tendinitis, envió un mensaje al jugador de Los Lakers para que disfrutara de ese momento que estaba reservado para él. El pivot también quiso acordarse del amigo tenista y volvió a decirle que desfilaban juntos, que compartían bandera. Rafa también tuvo un mensaje de ánimo para Ferrer, uno de sus grandes amigos en las pistas de tenis.
Equipo español, derrotado.
Un día antes de la gala de inauguración, la selección española de fútbol olímpico debutó en Londres, ante Japón. Los vigentes campeones de Europa Sub-21 soñaban con tener simultáneamente los títulos mundial, europeo y olímpico. La selección olímpica llevaba 12 años sin participar en unos juegos, pero Luis Milla y el equipo técnico trató de quitarles presión. Pese a que España aparecía como favorita en todas las quinielas, el equipo japonés, que llegaba a la cita olímpica por quinta vez consecutiva, supo dominar la pelota que estrelló en la portería española Los jóvenes 'samurais', supieron esperar atrás y sorprendieron a contragolpe, gracias a su velocidad y su buena técnica. Y demostraron que el equipo español también puede también perder. El seleccionador ya lo había advertido a los suyos: España tendrá que hacerlo muy bien para imponerse en un partido fundamental ya que quieren sumar los tres puntos, importantes por tratarse del primero de la fase de grupos. Pero, sus esperanzas fallaron. España no lo hizo mejor que Japón y perdió por un tanto a cero.
Equipo japonés, victorioso frente a España.
Lo peor que puede ocurrir cuando un equipo, empujado por la aureola de haber sido campeón mundial, se cree superior a su contrincante, es recibir una derrota estrepitosa. Porque estrepitoso fue el fracaso en su debut, en Londres, de la selección olímpica española de fútbol, que cayó por 0-1 ante Japón pero que pudo haber sufrido una derrota mucho más abultada. Los japoneses, sonrientes ante la victoria olímpica, se creyeron superiores y lo demostraron. Y, de nuevo, España, humillada por el resultado, se ve obligada a remontar el vuelo tras un tropiezo inicial, como le pasó en el Mundial de Suráfrica ante Suiza y en la Eurocopa de Polonia y Ucrania ante Italia. Pero esta vez no contamos ni con los jugadores que la levantaron, ni con un entrenador como Del Bosque, que tanto sabe reconocer las victorias como las derrotas.
Llaman la atención las estrictas restricciones impuestas en estos Juegos Olímpicos para vigilar a los participantes. Los organizadores, cuentan con unos 30.000 agentes que rondan día y noche desde el pasado viernes, 27, hasta el domingo, 12 de agosto. Nadie puede llevar una prenda con mensajes de carácter ideológico o con un vistoso logo distinto al de los patrocinadores, como calzar zapatillas que no sean Adidas. Impiden que los espectadores puedan tomar imágenes o grabar videos para colgarlos en la red. Entre los objetos perniciosos, las bocinas, pitos, tambores, paraguas, equipos profesionales de fotografía, termos, monedas en grandes cantidades... Ni siquiera permiten la entrada con comida o bebida, salvo alimentos para bebés. Prohíben las banderas de países que no participen en los Juegos, los equipos de fotografía de gran tamaño, los trípodes, los paraguas, las cornetas, las matracas, las banderas de países que no participen de los Juegos, las pelotas, encendedores y termos, elementos considerados como peligrosos... Los atletas deben contar con autorización para compartir fotografías en sus redes sociales, y no pueden informar ni comentar las actividades de otros participantes, ni la alimentación que reciben. Además tienen prohibido subir vídeos a blogs o a redes sociales. Los medios de comunicación que no se encuentran acreditados no pueden utilizar vídeos o fotografías tomadas por algún espectador. Al igual que los atletas, los periodistas que no posean su credencial no pueden comentar competiciones ni actividades privadas o públicas de los participantes. Son, sobre todo, medidas de tipo comercial que no perjudiquen el negocio montado con “espíritu olímpico”.
El inicio de los juegos no podía ser más decepcionante para los españoles. Había comenzado con la derrota futbolística y continuaba con la vestimenta elegida, un diseño fabricado por Bosco, una empresa rusa que amenaza con dañar la debilitada marca España. “Teniendo seis millones de parados y una crisis económica que los medios españoles recuerdan a diario –se queja Ángel Asensio, presidente de Fedecom (Federación de Empresas de la Confección)–, escoger una firma extranjera para los Juegos de Londres transmite la imagen de que no tenemos creatividad ni capacidad empresarial para hacerlo nosotros mismos”. En opinión de Gutiérrez Rubí, con la elección de Bosco se ha desaprovechado una ocasión inmejorable para presentar al mundo la marca España. La Asociación Creadores de Moda considera que lo correcto hubiera sido reconocer el error y enmendarlo. Pero Alejandro Blanco, presidente del COE (Comité Olímpico Español) argumenta que la oferta era inmejorable: “La firma Bosco diseña y produce toda la ropa de forma gratuita, lo que ha ahorrado más de 1,7millones de euros a las arcas del Estado. Además, patrocina al equipo olímpico con 250.000 euros”. Sin embargo, otros países sí han aportado su diseño nacional. Los italianos están diseñados por Giorgio Arman; los de Estados Unidos, por Ralh Laurent; los británicos, por MaCartney y el mismo Reino Unido aprovechó su condición de país anfitrión para promocionar su industria textil. El ‘boscogate’ tampoco a reforzado el prestigio del COE. Y la Asociación de Creadores de Moda reconoce que lo mejor hubiera sido reconocer el error y enmendarlo.
Imagen promocional de espectáculo acrobático en el Támesis.
A las 8.12 de la mañana del pasado viernes, 27 de julio, una campana empezó a repicar desde en el tejado del edificio del Teatro Nacional, a orillas del Támesis. Cientos de barcos de la Marina, así como ciclistas con bocinas y campaneros de iglesias de todo el país hicieron sonar sus alarmas al mismo tiempo. Y, durante tres minutos, toda la ciudad dio una ruidosa bienvenida a los juegos Olímpicos de 2012. El artista Martin Creed, fundador de esta idea, pretendía lograr que Londres despertase, mientras participaba en el acontecimiento olímpico. El proyecto forma parte de las Olimpiadas Culturales, un programa en paralelo a los juegos deportivos que acogerá más de 12.000 eventos de música, arte, moda, teatro, baile y festivales al aire libre. Destacan los conciertos gratuitos y las grandes exposiciones de arte de Damien Hirst, Tiziano o Yoko Ono, el estreno de la ópera Dr Dee del que fue cantante de Blur, Damon Albarn, o la iniciativa Globe to Globe, en la que compañías de todo el mundo, como la española Rakatá, han podido representar, en el famoso teatro de Shakespeare, algunas de sus obras traducidas. Las Olimpiadas culturales empezaron hace cuatro años, cuando Gran Bretaña recogió el relevo de las Olimpiadas en Pekín. Desde entonces, cientos de propuestas, se han llevado a cabo, anticipando el gran festival que, desde junio, se despliega en múltiples ciudades y pueblos. Londres, por su parte, se ha transformado en un gran escenario con festivales multiculturales y eventos en sus barrios.
Julian Cheyne fue desahuciado para poder construir la villa olímpica.
Desde 2005, cuando se adjudicó la organización de los Juegos a la ciudad de Londres, diversas expropiaciones y desahucios se llevaron a cabo. En el 2007, para que se pudiera construir la villa olímpica londinense, 450 vecinos del complejo Clays Lane State fueron desalojados y el complejo de viviendas sociales fue demolido. Los afectados formaron una asociación muy crítica con la organización y aún reclaman un trato justo de las autoridades. Julian Cheyne, uno de los antiguos inquilinos, vive, en la actualidad, en el distrito de Tower Hamlets, a menos de cinco kilómetros de su antigua casa, y se ha convertido en uno de los mayores críticos. Puso en marcha la web Games Monitor que sirve de plataforma para denunciar lo que a sus ojos es el impacto real de las olimpiadas. Él y algunos de sus antiguos vecinos constituyeron la Asociación de Antiguos Inquilinos de Clays Lane (CLFTA), a través de la cual aún reclaman a las autoridades un trato justo. Cheyne recuerda con cariño la última cena de Navidad de la asociación, a la que asistieron 25 miembros: “Demolieron nuestro hogar sin indemnizarnos suficientemente, mintiendo, incumpliendo promesas, se negó a algunos vecinos el derecho de ser realojados, arrebatando parte de las indemnizaciones por razones que aún hoy desconocemos”. El antiguo inquilino de Clays Lane es tajante al afirmar que “con los Juegos, habrá ganadores y perdedores, como siempre, pero no beneficiará a los residentes del East London y tampoco a Reino Unido en su conjunto”. En su opinión, los Juegos, en realidad, “no son más que una competencia por la atención de las grandes multinacionales y el COI se convierte en un mero aliado del sector empresarial”.
De una previsión inicial de 2.400 millones de libras (unos 3.000 millones de euros), Londres 2012 costará al menos 11.000 millones de liras (14.000 millones de euros), casi cinco veces más de lo que se dijo al principio. Pero, la falta de inversiones privadas ha hecho que 'el efecto Juegos' afecte sobre todo al contribuyente, mientras que los patrocinadores tendrán exenciones fiscales. Las inversiones públicas se triplicaron mientras que las privadas se redujeron un 2%. En cualquier caso, nada parece definitivo ya que la cadena Sky Sports, en un reportaje de investigación, aseguró que los costes podrían alcanzar los 24.000 millones de libras (30.500 millones de euros). La empresa a la que se adjudicaron las obras de la Villa Olímpica se retiró del proyecto al estallar la crisis. La obra de construcción de las instalaciones recayó en la compañía australiana Lend Lease. Pero, con el estallido de la crisis, tuvo que abandonar el proyecto, dejando todo el peso de la construcción en el bolsillo del contribuyente. La contrata de la seguridad de los JJOO ( que absorbe un presupuesto de 553 millones de libras (algo más de 700 millones de euros) y un despliegue militar que supera en 4.000 efectivos al dispositivo actual en Afganistán, hizo emerger, incluso, la hipótesis de cancelación por amenaza terrorista. Ante esa posibilidad, aseguradoras como Munich Re hablan de pérdidas generales de 4.000 millones de euros, el equivalente a los seguros del Mundial de Sudáfrica en 2010. El ejército tendrá que ayudar en la vigilancia porque la empresa privada G4S no cumplió con su promesa de tener más de 10.000 guardias de seguridad, y no se lo dijo a nadie hasta el último momento.
La reina Sofía se vistió, en Londres, como las deportistas españolas.
Parte de la familia real española visitará Londres en muchos de los 17 días que dure la competición. Se dice que sus miembros se apuntan a la oportunidad que les brinda el deporte “para acortar distancia con el pueblo”. Una distancia que les separa demasiado con un pueblo llano que no dispone ni de trabajo, ni de posibilidades de viajar, ni de compartir las Olimpiadas. Aunque para la realeza eso es otro tema que nada tiene que ver con los Juegos Olímpicos, lo que desea es recuperar sensaciones perdidas en el año horrible de la monarquía Y necesita darse un baño de popularidad entre los 282 deportistas españoles de una España sacudida por gravísimas turbulencias económicas. De ahí que multiplique su presencia al lado de los deportistas. E intente generar ilusión a un pueblo deprimido por los constantes reveses económicos. Para la derecha y, naturalmente, para la monarquía, se trata de una nueva ocasión de demostrar que España va bien. Hay quien aprueba la presencia en los Juegos de la reina Sofía, del príncipe Felipe y de Leticia, de las infantas y de sus hijos. Felipe y Letizia estuvieron presentes en la pasada Eurocopa, en el primer y último partido de la selección y ahora repetirán, sin duda. En los delicados momentos en que la corona española está viviendo, los Juegos de Londres le vienen de perillas. El caso Urdangarín y el accidente del Rey en plena cacería, deterioraron la imagen que el pueblo tenía de la Casa Real y este es el mejor momento para recuperar su puesto. En los Juegos de Pekín, la reina Sofía fue la que más se dejó ver junto a la Infanta Cristina, mientras que los príncipes asistieron a la inauguración de la Casa de España en la capital china. Por de pronto, la reina Sofía presidió el viernes la inauguración de la Casa de España en Londres que, durante estos días, actuará como sede oficial de la delegación española. Lo hizo ataviada con el uniforme que las deportistas lucirían en la Ceremonia de Apertura, acompañada por el ministro de Educación, Cultura y Deportes, José Ignacio Pert, quien se curó en salud, aclarando que, “aunque los metales son importantes, lo es más el esfuerzo compartido, la solidaridad y la perseverancia”. Consideró los Juegos como “la culminación de cuatro años de sacrificios” y aprovechó la oportunidad para agradecer también la colaboración de las empresas que colaboran con ADO (Asociación Deportes Olímpicos). Según Wert, su contribución es la que ha permitido que España haya dado “un salto impresionante como potencia olímpica”.
Banksy ya previno que el Gobierno instalaría lanza-misiles en azoteas de Londres.
“Banksy”, un artista grafitero británico que oculta su identidad bajo este apodo, se hizo famoso por sus grafitis en las paredes del Reino Unido, aunque ya ha realizado obras en otras ciudades de todo el mundo, incluido el Muro de Cisjordania. Gracias a su popularidad, ha vendido cuadros en formato convencional (alguno por 25.000 libras), ha escrito tres libros sobre su obra, cuenta con su propia página web y han parecido entrevistas en diversas revistas, realizando anuncios para marcas muy conocidas. Incluso ha salido en un capítulo de Los Simpson. Esto último le ha valido las críticas de otros grafiteros que le han acusado de estar“vendido” por comercializar su arte y, en la campaña “Keep Britain Tidy”, le tildan de intentar dignificar lo que ellos consideran vandalismo. Pero lo mejor de Banksy es que ha llegado a colarse hasta en cinco museos en donde ha colgado alguna de sus obras sin que nadie lo detectase. Ha tenido que ser él mismo quien lo desvelara en su página web. De ahí que fuera previsible que el corrosivo Banksy dejara sus grafitis en las paredes de Londres con su irreverencia provocativa sobre los Juegos Olímpicos.
“Era previsible –escribe Qaeda en El Ventano– que el corrosivo Banksy dejara sus grafitis en las paredes de Londres con su irreverencia provocativa sobre los Juegos Olímpicos que empezaron el viernes en la capital británica. Unos fastos presididos más que nunca por la seguridad obsesiva y el mercado más vergonzoso. La policía británica está realizando una auténtica caza de brujas para que nada empañe lo más mínimo la imagen de la capital del Támesis durante la celebración de las Olimpiadas. El street art, movimiento muy arraigado en Gran Bretaña, se ha convertido en algo que incomoda a las autoridades inglesas ya que airea aspectos relacionados con el evento que la organización prefiere ocultar”.
Banksy alude al creciente número de indigentes que duermen en las calles durante los Juegos Olímpicos.
“La Policía –continúa Qaeda– emprendió la semana pasada su particular caza de brujas al detener y registrar las casas de varios artistas relacionados con el graffiti y el street art. A muchos de ellos se les ha impuesto unas prohibiciones muy estrictas hasta que no acaben los Juegos Olímpicos. Así, no podrán entrar en ningún transporte ferroviario ni estación de tren, metro o tranvía; tampoco podrán poseer ningún tipo de spray o rotulador ni acercarse a menos de una milla de cualquier sede olímpica. Mucha gente ha denunciado que se están borrando obras de gran valor artístico, que hace pocos años no parecían molestar a nadie. Algunas voces opinan que es un ataque a una de las tradiciones contemporáneas más famosas de la ciudad, y que lo que se debería hacer es precisamente lo contrario: fomentar la atención hacia un fenómeno creativo que ha encumbrado a la capital británica como La Meca del street art”.
R. Varona nos muestra esta semana: Afición la porra, Culo insalvable y Orgullo nacionalista.
Otros dibujos humorísticos: Forges, Almara, Kap, El Roto, Ramón, Erlich, Vergara (Padres de la Constitución tras la muerte de Peces Barba)
Pep Roig nos presenta: Inútiles gloriosos, España, pendiente, La crisis, Las encuestas y panteras a la vista.