Concluimos hoy la descripción de la subida de este bonito puerto, un duro coco que te hará sudar la gota gorda entre las rampas imposibles de los valles cántabros.
Como recordarás el día anterior habíamos dejado nuestra subida “literaria” justo después de superar el segundo kilómetro del puerto, y tras haber superado un auténtico suplicio. Y te decíamos que aprovecharas los kilómetros de descansillo que llegaban, porque aun te restaban buenas rampas de superar.
Fuente: Recorridos ciclistas Cantabria blogspot
Lo cierto es que los dos siguientes kilómetros son mucho más suaves, en torno al cuatro por ciento y si apenas rampas de interés, y culminan con la llegada al precioso pueblo de Carrascal de Cocejón. A la salida de esta aldea hay incluso una pequeña bajada que nos deja al pie de otro de los puntos calientes de la subida.
Efectivamente, nos esperan otros dos kilómetros y medio de pesadilla que nos exigirán todas nuestras fuerzas para superarlos. Lo primero que se nos opone es una rampa al trece por ciento a la vuelta de una pequeña bajada que subiremos prácticamente con el impulso de ésta. Algo que nos dejará ante doscientos metros llanos donde habrmetros pueden acabar de darnos la puntilla de un puerto tan espectacular como traicionero. en este n la subida tradicional de lá que aprovechar para respirar todo lo que se pueda, porque lo que nos espera es auténticamente impresionante.
Nada menos que 650 metros al diecisiete por ciento de media, con un tramo de hormigón y puntas de hasta el 23 % que nos pondrán los riñones al jerez y que nos harán retorcernos por esa pequeña carreterita que ya algunos habremos comenzado a odiar. Un sitio donde la pendiente es tan grande que ni se te ocurra subir sin triple plato o compact, y donde la habilidad a la hora de mantener el equilibrio cuenta casi tanto como las fuerzas. Un kilómetro, en suma, que tiene una media del doce por ciento…pese a tener los trecientos últimos metros de llano.
Pero no respires aun (eso sí, aprovecha este pequeño llano para recuperar el resuello), porque todavía te queda una bonita prueba de fuego antes de llegar al cruce con San Pedro del romeral y enlazar con la subida tradicional de la Matanela. Nada menos que otro kilómetro al diez por ciento de media, pero salpicado de rampas de hasta el dieciséis, en un momento en el cual los dos dígitos ya se te atragantarán por completo, y donde tus piernas apenas pueden soportar nada más.
Ahora sí, una vez superado este último paredón enlazamos con la carretera habitual de subida, y nos restan tan sólo dos kilómetros al cuatro por ciento para llegar a la cima. Eso sí, entre que nuestras piernas no son las de antes y el fuerte viento que suele soplas de cara en este tramo esos dos kilómetros pueden acabar de darnos la puntilla de un puerto tan espectacular como traicionero.