Seguimos contándote cómo es este bonito puerto de montaña que sube desde Cantabria hasta la provincia de Burgos, y hoy vamos a empezara describirte las vertientes más desconocidas del mismo, esas carreteritas que te harán sentir como si estuvieras en mitad de ninguna parte disfrutando de un paisaje increíble…si es que tienes fuerzas para hacerlo, claro.
Empecemos ahora con la vertiente que pasa por Fresnedo, todo un puertazo con más de 20 kilómetros de longitud y rampas muy duras sostenidas durante varios kilómetros que hará que te exijas el máximo. Este puerto coincide en parte con la subida tradicional, y tiene el mismo punto de partida, por lo que esos tramos comunes no vamos a analizarlos a fondo…para eso ya tienes otros artículos.
Salimos de Ramales y al poco de empezar el Alto del tornillo nos desviamos por un cruce a mano derecha en dirección a La Gándara, por una preciosa carretera que asciende cruzando el espectacular Valle de Soba. Un primer tramo llano nos deja frente al primer repecho, de apenas kilómetro y medio pero bastante empinado, tras el cual debemos afrontar una bajada de un par de kilómetro y coger otro cruce, esta vez a mano izquierda, que nos hace abandonar esta carretera y coger una nueva en dirección a La Revilla y Fresnedo. Hasta hace un par de años este ramal tenía asfalto muy deteriorado y grandes baches, pero ahora presenta un firme excelente que nos permitirá no añadir más dificultades a la subida.
La zona es espectacular
Dos kilómetros con pendientes de en torno al seis por ciento nos dejan en La Revilla, donde afrontaremos un rápido descenso de trescientos metros. Aprovéchalo porque de aquí en adelante apenas tendrás momentos de descanso y te esperan unos kilómetros realmente duros.
Cinco kilómetros con una pendiente sostenida por encima del siete por ciento, y un largo tramo central al diez por ciento, sin apenas descanso de la subida y sin sombras donde guarecerse en días de mucho calor serán tu nueva dificultad, hasta llegar a Fresnedo, lugar donde tendrás cien metros llenos al paso por el pueblo que te dejarán frente al punto final de esta ascensión, otros cuatro kilómetros sin descanso, con pendientes en este caso un poco más moderadas pero que alcanzan el diez por ciento en varias curvas y que son muy sostenidas en la parte central del tramo. Una dificultad, en suma, de primer orden.
Con construcciones típicamente rurales
Al final de ese tramo tomamos el cruce con la carretera que sube desde Ramales, la vía normal de este puerto, en plena zona áerea, muy espectacular, y al pie del tramo final entre pinares. Desde allí aun nos quedan tres kilómetros hasta culminar una subida irregular pero de gran dureza en algunos tramos, muy sostenidos, que constituye una alternativa más dura que la subida habitual a este bonito puerto de Los Tornos. Y sin embargo no es la posibilidad más dura, esa te la contaremos, con pelos y señales mañana…