Los puertos de acceso a la Meseta desde la Cordillera Cantábrica: El Puerto de la Matanela por La Sota.
by Macos Pereda Herrera 19 octubre, 2014 0 commentsContinuamos aquí desde Merkabici con una de las secciones que más os están gustando en los últimos tiempos, aquella en la que vamos presentando, poco a poco y de la forma más detallada posible, todos los puertos que nos permiten acceder desde la Cordillera Cantábrica hasta la Meseta. Y hoy vamos a ver la tercera vertiente, no será la última, de este alto de Matanela, la durísima y salvaje que asciende por La Sota.
Dureza y salvajismo, esas son las dos palabras que hemos usado para presentar esta ascensión y de buena fe te garantizamos que están elegidas a conciencia. Y es que cualquier persona que se haya internado en esta auténtica trampa cántabra contará con una huella indeleble en sus piernas que le durará durante mucho tiempo. Una huella de dureza, pero también de mucha, mucha belleza.
Hablamos en primer lugar, como siempre, de números. Nos enfrentamos a un puerto de casi 21 kilómetros con una pendiente media de casi el 3,5 por ciento. Sencillo. ¿verdad? No te fíes confiando ciegamente en los números, porque estos en ocasiones te engañarán…y esta es una de ellas. Falsos llanos e incluso bajadas hacen que la media sea muy inferior a lo que realmente dicen las rampas efectivas de esta subida, que llega a presentar algunos tramos por encima del veinte por ciento que nos parecerán durísimos.
El comienzo ya nos deja bien claro por dónde van a ir los tiros. Nos situamos en plena carretera que comunica Entrambasmestas y Vega de Pas (en una zona, por lo tanto, idílica para montar duros encadenados), casi a mitad de camino entre ambas poblaciones. Allí, a mano derecha desde el sentido e nuestra marcha, parte una carretera estrecha y con mal asfalto, con mucha piedrecita suelta, que sigue un camino marcado a La Sota. Es un camino muy umbrío, donde en invierno podremos tener problemas con el hielo, y donde pasaremos mucho frío si las temperaturas son algo bajas.
Y en cuanto a su dureza, la cosa queda bien clara desde el principio, ya que la primera rampa alcanza nada menos que el veinte por ciento, y el primer medio kilómetro llega casi al doce por ciento de media, para concluir con otro paredón al 18% que hará que nuestras piernas se derritan como mantequilla caliente. Eso sí, después de este paredón llegará un falso llano, incluso con una leve bajada, de algo más de un kilómetro. Esta alternancia entre paredes y llanos será la situación habitual de los primeros kilómetros de este puerto, justo hasta que retomamos la carretera habitual de subida a la altura de San Pedro del romeral. Pero aun nos quedan muchos kilómetros para eso, y puedes creerme que lo que tienes por delante no es, en modo alguno, un desafío fácil. Así que aprieta bien tus calapies, comprueba que el triple plato esté perfectamente operativo y disponte a sufrir como un perro mientras el ácido láctico mordisquea con fuerza tu pecho.