Empezamos hoy en Marchas y Rutas una nueva sección que nos llevará a conocer todos los puertos de paso desde la Cordillera Cantábrica hasta la Meseta, para que así puedas tener una idea perfectamente formada de esta zona de cara a futuras apariciones cicloturistas por allí. Intentaremos, siempre que se pueda, comentar todas las vertientes de estos altos, incluyendo las menos conocidas por el gran público, y haciendo especial hincapié en las caras norte de los puertos, por ser en estos casos las más duras. Además, en el caso de que veas que algún puerto se nos ha pasado por alto (puede ocurrir con algún asfaltado reciente) puedes escribirnos a nuestro mail y rápidamente pondremos freno a ese error.
Así que, ¿preparados para escalar desde la mar hasta las cimas de la montaña?
El de Los Tornos es el puerto tradicional que sirve de salida desde Laredo hasta la ciudad de Burgos, y por lo tanto fue el camino más utilizado para comunicar Cantabria y la Meseta mientras Laredo fue la localidad más importante del norte, más o menos hasta mediados del siglo XVIII. Hoy ha quedado como una vía algo secundaria, aunque al tratarse de una carretera nacional aun tendrás que hacer frente a un tráfico de camiones denso en algunos días.
Aquí debemos llegar
Hablamos de un puerto largo, de más de 17 kilómetros de longitud, con una pendiente media que no alcanza el 5 por ciento, pero que se ve influenciada por un largo tramo de falso llano ascendente en mitad del puerto, con lo que en realidad los kilómetros finales de subida, casi ocho, superan con creces el siete por ciento de media y presentan algunas rampas de mucho interés.
Comenzamos la subida en la bonita localidad de Ramales de la Victoria, a la salida de la cual nos encontramos ya con un par de curvas muy cerradas, perfectamente señalizadas con luces rojas, que marcan el comienzo de la ascensión conocida como El Tornillo, una subida de dos kilómetros que supera el siete por ciento de pendiente media y donde nos encontraremos algunas curvas de herradura que servirán para poner nuestras piernas realmente duras.
Una vez superada esta primera dificultad entramos en un tramo de falso llano de casi ocho kilómetros. Ojo, no te confíes aquí, porque este tramo puede ser realmente duro si coges viento de cara, y además siempre estarás ascendiendo con pendientes del dos o tres por ciento, por lo que la tortura en modo alguno desaparece. Escoger un buen desarrollo aquí será fundamental para la parte final del puerto.
Los bonitos alrededores de Ramales de la victoria
Una parte final que empieza a la salida de la localidad vizcaína de Lanestosa, cuando la carretera vuelve a Cantabria y se empina durante los ocho kilómetros finales. Afrontamos primero un tramo rectilíneo de gran dureza, con rampas que alcanzan el diez por ciento y nos acompañan a una pendiente muy alta durante tres kilómetros hasta llegar a una primera curva de herradura donde el puerto cambia por completo su fisionomía.
Mañana te acabamos de contar cómo es este espectacular alto.