Revista Viajes

Los puertos de paso de la Vuelta a España: el Alto de Vilaesteva.

Por Rafael @merkabici

La vigésima etapa de la Vuelta a España tendrá como final el puerto de Ancares por una vertiente inédita de inusitada dureza, sin duda alguna uno de los altos más duros que jamás se hayan subido en la Vuelta a España, con kilómetros completos al trece por ciento. Pero antes de eso se subirán otros puertos de importancia que actuarán como elementos claves para cansar las piernas de los participantes y propiciar movimientos estratégicos a pocas horas del final de la carrera.

Pese a que el recorrido previo es muy rompepiernas y puede, por sí mismo, deparar algunos momentos muy interesantes, el primer puerto de montaña como tal de la etapa es el Alto de Vilaesteva, catalogado de segunda categoría.

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Vilaesteva es un puerto largo e irregular, que debido precisamente a esa falta de uniformidad en sus rampas presenta una pendiente media inferior al cuatro por ciento. No obstante la presencia de bajadas y llanos hace que sea uno de esos puertos que esconden mucho más de lo que aparentan sus números.

La salida de San Antolín ya nos meterá de lleno en el puerto y comenzará con ese carrusel de subidas y bajadas del que antes hablábamos y que nos llevará, más de trece kilómetros después, a coronar este puerto. Desde San Antolín debemos afrontar un tramo relativamente duro de kilómetro y medio a casi el siete por ciento, antes de otro kilómetro y medio de llano y bajada (aunque hay un pequeño repecho de cien metros que los profesionales apenas notarán pero que a ti puede hacerte sufrir como un perro con tus piernas endurecidas por la bajada).

Al cruce de un puente la carretera vuelve a encresparse durante otros dos kilómetros y medio, con un nuevo tramo duro en la parte central de este segmento, al siete por ciento, y una entrada en otros dos kilómetros de llano con tendencia a bajar.

Lugares para perderse con la bici

Lugares para perderse con la bici

Es entonces cuando el asfalto, parcheado y rugoso, vuelve a mirar al cielo y ya no cambiará hasta el final. Seis kilómetros quedan hasta la cima siempre por encima del cinco por ciento, con dos centrales por encima del seis por ciento y un recorrido tan entretenido como variado, lleno de curvas y repechos que nos sacarán de cualquier tipo de tedio.

Al llegar a la cima podremos contemplar una buena imagen de todo lo subido y, en general, de la zona por donde nos movemos. Este puerto es bastante interesante por sus irregularidad para plantear movimientos tácticos, donde las fuerzas, con ser importantes, no lo sean tanto como el arrojo y la inteligencia.

Si vas a subir este puerto recuerda descansar en la cima antes de afrontar la bajada por la otra vertiente, más uniforme e inclinada, que tiene varias curvas en las que debes extremar tu precaución. Además tienes que procurar abrigarte bastante, ya que, aunque el puerto no alcanza los 1000 metros de altitud, sí que se encuentra en una zona húmeda donde te puedes quedar helado si no tienes ropa suficiente.


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