Revista Cultura y Ocio

Los que desafían y se rebelan contra la naturaleza: vegetarianos y ‘no binarios’

Publicado el 05 mayo 2022 por Carlosdelriego
LOS QUE DESAFÍAN Y SE REBELAN CONTRA LA NATURALEZA: VEGETARIANOS Y ‘NO BINARIOS’

Los que se rebelan contra los miles de millones de años de experiencia de la naturaleza terminarán así

Hay colectivos que, sin ser conscientes de ello, se rebelan contra la naturaleza, la desprecian y pretenden cambiarla o enmendarla. Entre quienes se sublevan y no acatan las leyes naturales están los que renuncian a comer carne y los que reniegan del sexo que les ha otorgado la naturaleza

El vegetarianismo (veganismo si se lleva al extremo) rechaza el consumo de productos de origen animal. El caso es que la naturaleza, después de miles de millones de años de experiencia, de evolución, de larguísimos procesos biológicos, determinó que el sistema digestivo humano fuese omnívoro. Sin embargo, algunas criaturas recién llegadas se han sentido mucho más inteligentes, expertas y sabias que la naturaleza y han concluido que ésta no sabe, no tiene ni idea de alimentación, nutrición y ‘animalismo, y por tanto, debe ser enmendada. El vegetarianismo es, en fin, una muestra más de la soberbia, vanidad y arrogancia de ciertos humanos que, esclavizados por la ideología, se rebelan contra aquello que la naturaleza ha determinado… Pero lo más contradictorio es que se sienten como auténticos naturalistas, como defensores de la biología y la naturaleza a la vez que la niegan. Es más, seguro que se sienten absolutamente superiores a los que consumen lo que la naturaleza ha determinado.

Según un científico especializado en biomedicina: “Los agujeros en nuestra comprensión actual de lo que el cerebro necesita para estar sano podría ser un problema importante para los veganos, ya que es difícil agregar artificialmente un nutriente a su dieta, si aún no se ha descubierto su valor”. Y añade un biólogo de Oxford: "Cuando te desvías de la dieta típica de tu especie a una que no ha sido probada y establecida adecuadamente para que sea saludable o buena para el cerebro, estás llevando a cabo un experimento y estás asumiendo un riesgo". ¡Y qué se puede decir de la doctrina llamada ‘jainismo’, que sostiene que cortar plantas es genocidio! Para los fanáticos de este dogma los que comen cebollas, patatas o cualquier cosa que crezca dentro de la tierra son tan asesinos y genocidas como los que comen carne. ¡Hay que ser…!

También se muestran contrarios a los más de tres mil millones de años de evolución quienes se proclaman mujeres a pesar de tener cromosomas XY, u hombres con cromosomas XX (dicho sea de inmediato, esto no tiene nada que ver con las personas homosexuales, puesto que eso sí que es una opción personal que no atenta contra la biología, ya que el/la homosexual no renuncia a lo que es ni a lo que la naturaleza le ha reservado).

Dos ejemplos muestran a la perfección la mentira, la impostura de quienes se dicen ‘no binarios’, o sea, aquellos que no quieren ser calificados de hombres o mujeres a pesar de lo que su propia anatomía muestra más allá de dudas. Conocido es el caso del nadador Will Thomas que, al comprobar que como hombre no obtenía resultados, decidió llamarse Lia Thomas para así competir como fémina y, lógicamente, conseguir triunfo tras triunfo, cada vez más aplastantemente. Lo más increíble es que Will-Lia no ha prescindido de sus atributos masculinos, como ha denunciado una de sus compañeras de equipo, la cual declaró: “Resulta muy violento ver cómo sale de la ducha mostrando ‘todo eso’; se va secando el pelo con la toalla mientras parece disfrutar exhibiendo sus partes a las chicas”… En definitiva, basta con decir que te sientes mujer para que los fanáticos de la corrección política lo asuman sin más y sin que importe la presencia de pene y testículos.

Un hombre acusado y sentenciado a pena de cárcel en EEUU dijo sentirse mujer y, por tanto, exigió ser encerrado en una prisión de mujeres. El juez (dotado de la fatuidad y vanidad que tanto suele afectar a quienes se creen tan superiores a sus semejantes como para decidir sobre su libertad y su vida) dictaminó que esta persona tenía derecho a auto determinarse como mujer, por lo que aceptó enviarlo a una cárcel de mujeres. Pero unos pocos meses después, una de las internas quedó embarazada y señaló al ‘hombre-que-dijo-sentirse-mujer’ como causante de su preñez. Lo mejor del asunto es que la dirección de la penitenciaría comunicó que estaba “investigando lo sucedido”… Cabe preguntarse, ¿qué es lo que hay que investigar?, ¿acaso cómo se produjo un embarazo si en el penal sólo hay mujeres biológicas y una que es mujer por elección pero hombre anatómicamente?

La naturaleza siempre termina por imponerse. Los hinchados petulantes que, enmendándole la plana a la naturaleza, renuncian a comer productos animales deben procurarse suplementos farmacéuticos sin cuyo consumo morirían; es decir, aceptan pastillas de sus odiados laboratorios que, fácilmente, contendrán algo animal o en animales habrán sido testadas. Y los que optan por decirse hombre a pesar de su útero y ovarios, o mujer a pesar de su pene y testículos están desafiando a la propia biología.

En ambos casos, unos y otros reniegan de la realidad, desprecian la naturaleza, abominan de la evolución, niegan la verdad. Están convencidos de que tienen derecho a que su ideología se imponga a su biología.

Este tipo de problemas es, evidentemente, exclusivo de sociedades sin verdaderos problemas.

CARLOS DEL RIEGO


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