Los que nunca te dejan tirado:

Hablo por experiencia propia, aunque soy consciente de que generalizo, pero: los poetas te acaban dejando tirado, sobre todo si cosechan algún tipo de éxito: los narradores, lo mismo: y los editores, otro tanto.
Cuando estás abajo del todo, es decir, cuando de lo que hablamos es de la supervivencia pura y dura, los únicos que no te dejan tirado son los amigos que están en la misma o parecida situación que la tuya, esa gente que siempre tendrá un plato de comida en su mesa para ti, esa gente que siempre te dará un pitillo o un culín de sidra o una cerveza, esa gente que siempre te escucha:
gente, amigos como los que aparecen en estas 3 fotografías, tomadas ayer en Cimadevilla, en la Cuesta del Cholo, y a los que voy a dedicar uno de mis poemas: Berlín:

BERLÍN
Hay dos bares,y enfrente de cada barun muro.
En uno se apalancanestudiantes que piran clase,delincuentes comunes,jóvenes radicales,algún que otro yonqui.
En el otro se sientanestudiantes universitarios,licenciados, deportistasy matrimonios con sus hijos.
A veces paso por allí,pero nunca  me quedoa tomar nada.Aún no he decididoen cuál de los dos muros
me tengoque sentar.
Nota de David González: Ahora ya sé en qué muro me tengo que sentar: en el muro en que estén apalancados Mónica, Óscar, Begoña y Rubenín, entre otros... Mis verdaderos amigos... Los que nunca te dejan tirado...

Este post va por Óscar, que antes de ayer, después de 8 meses, salió de la cárcel.