Revista Educación

Los que reniegan de las redes sociales. Esa gente.

Por Siempreenmedio @Siempreblog
Los que reniegan de las redes sociales. Esa gente.

Queridas personas, me voy de twitter una larga temporada. Hace 9 años me hice esta cuenta para informarme sobre cosas interesantes, y leer noticias de arte y de cine (que es a lo que me dedico y me interesa), (abro hilo)

- Barbara Goenaga (@BarbaraGoenaga) June 9, 2019

Cada día más convencido de que aquí, si silencias a quien no quieres oír (o a los insoportables) se puede disfrutar mucho,
encontrar buenos amigos y compañeros y recibir mucha ayuda, como la que me acaba de dar mucha gente que me conoce mucho o nada.
Gracias!

- Javier Fdez Panadero (@javierfpanadero) June 9, 2019

Entre estos dos tweets hay una red social con millones de usuarios. Usuarios de muy distinta índole: distintas ideologías, distintas religiones, distintas clases sociales, distintos intereses, distinto nivel de educación, y que a veces utilizan el anonimato y la distancia para sentirse más seguros de ellos mismos o para comportarse de una manera en que no lo harían con su familia o amigos. ¿les suena de algo esa descripción? Tal vez sea porque esto mismo sirve para describir el MundoReal™ en el que vivimos. Porque sí, amigos: Internet forma parte de el MundoReal™ y no es algo separado de él o que se rija por otras leyes ajenas a las nuestras.

Pero entre esos dos tweets también hay dos maneras distintas de utilizar esa red social, dos maneras distintas de comportarse en ella e incluso dos maneras distintas de ver la vida, si me apuran. No quiero decir con esto que Barbara Goenaga se merezca los insultos que ha estado recibiendo en Twitter por estar casada con el político del PP Borja Sémper ni mucho menos, no los merece. Es una víctima del incontable ejército de trolls, imbéciles e indeseables que nos rodea. El problema es que en su hilo parece querer demostrar dos cosas: que la única manera de defenderse de esos idiotas es marcharse, y que Twitter está lleno de ellos y no vale la pena estar ahí. Por cierto, adivinen cuál de esos dos tweets está ya en varias noticias de diferentes medios y cuál no.

Para mí el asunto de las redes sociales y nuestro comportamiento en ellas es un tema recurrente del que he escrito en varias ocasiones. A mis 42 años soy un fan absoluto de la tecnología, las redes sociales y la comunicación a través de Internet. Creo que sus ventajas superan con creces a sus inconvenientes y ya he comentado otras veces lo importantísimo que me parece el que tomemos plena conciencia de nuestras responsabilidades como prosumidores. Ahora todos somos figuras públicas, con todo lo que eso conlleva. Si a alguien le interesan estos temas, Clay Shirky es un tipo muy interesante al que escuchar en vídeos como este, en el que muestra su concepto de excedente cognitivo, que tiene ya nueve añazos (se pueden activar subtítulos en castellano):

En fin, que opino como Javier Fdez. Panadero: las redes sociales son lugares increíbles para estar, para informarse, para compartir, para ayudar y para divertirse, pese a todo el ruido que haya en ellas. Y además ya han cambiado profundamente nuestra forma de relacionarnos, nuestra manera de informarnos, y están a punto también de cambiar nuestra política y puede que nuestro sistema de gobierno. Lo que ocurre es que nos exigen un esfuerzo extra de atención, de cribado, de tomar decisiones a las que no estamos demasiado acostumbrados pero a las que debemos acostumbrarnos cuanto antes. Cosas como confirmar las fuentes de las informaciones que nos llegan y no creérnoslas sin más, como no compartir cualquier cosa sin pararnos a pensar antes en ello y en lo que puede conllevar, aprender a discutir e intercambiar opiniones con argumentos y no con insultos a la vez que silenciamos (ya sea con las herramientas que las propias redes sociales nos ofrecen o con nuestra indiferencia) a los indeseables y los trolls, escuchar y seguir a gente que nos aporte cosas, que interactúe con nosotros, y que no necesariamente sea de nuestra misma "cuerda" (hay que evitar los filtros burbuja que nosotros mismos nos creamos). Si conseguimos hacer eso llegaremos a un equilibrio en que podremos disfrutar de nuestra estancia en Internet pese a todos los que atentan contra la convivencia, que con el tiempo irán perdiendo su lugar y su importancia hasta ser completamente irrelevantes. Y tampoco olvidemos que esos indeseables no son extraterrestres, son personas tan triviales y banales como nosotros, que viven en nuestra ciudad, en nuestro barrio e incluso pueden vivir en nuestra propia casa.

Conozco a alguien que afirmó en alguna ocasión que Internet era un lugar democrático. Yo creo que Internet no es para nada democrático, es algo mejor que eso: Es libre. Asumamos nuestra responsabilidad para con unos lugares que son nuestros en la medida en que en ellos somos libres (todavía) y contribuyamos así a hacerlos aún mejores. Porque tú podrás marcharte de Twitter o de Facebook o de cualquier otra red presente o futura, pero ellas seguirán con nosotros nos guste o no.


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