Revista Mundo animal
Ayer subimos hasta la base del Requexón, situado en el macizo del Cornión, en los Picos de Europa. Mucha nieve ya se había quitado y quedaban descubiertas bastantes calvas. En las laderas calizas, un grupo de unos 30 rebecos (Rupicapra rupicapra) se repartían entre las zonas que aun conservaban nieve y entre las manchas de hierba, a una altitud de 1890 msnm.
En esta zona de los Picos los rebecos son muy confiados, probablemente debido a la prohibición de su caza en la parte asturiana. Debido a esto basta con sentarse en una roca y dejar que se vayan acercando y en algunas ocasiones llegan a ponerse a menos de 20 metros de distancia mientras siguen con sus actividades rutinarias.
La hembras de rebeco parirán sus crías dentro de unos pocos días, mientras tanto las crías del año pasado ya se han independizado y se juntan formando pequeños grupos, aunque siguen en compañía de la manada.
Los rebecos se encuentran perfectamente adaptados a la vida en la alta montaña y durante el invierno y el inicio de la primavera es frecuente verlos comer nieve, que es mucho más abundante en las cumbres que el agua líquida.