Esta novela de Elena Garro publicada en 1963 se cataloga dentro de la corriente de lo real maravilloso, es decir, aquellas obras de ficción en las que lo maravilloso, la magia, lo sobrenatural no sólo es parte de la realidad, sino algo común y cotidiano. Esta es la única manera en que sea posible que el narrador de la historia que se nos cuenta no sea una persona, como normalmente estamos acostumbrados, sino un ente: el pueblo de Ixtepec. Por más extraño que nos parezca, es el pueblo quien nos narra lo que sucede en sus calles y con su gente cuando de pronto se enfrentan a Francisco Rosas, un tirano que se ha apoderado del pueblo.
Esta obra en parte histórica (narra acontecimientos de la Guerra cristera) puede resultarnos particularmente actual dadas las circunstancias en que se encuentran muchas poblaciones mexicanas hoy en día y resulta fascinante poder ver toda la complejidad del entramado de la sociedad, la milicia y la religión interactuando en una historia donde la poesía, el amor, la pasión, la locura y los juegos de tiempo tejen una historia tan real como maravillosa, tan verídica como increíble.
Lo más: el personaje de Juan Cariño, antiguo presidente municipal, que encarna la locura pero también la poesía y cada noche se dedica a atrapar las palabras altisonantes y sangrientas para regresarlas al diccionario y que no anden vagando por ahí.Lo menos: hay algunos misterios en la trama de la novela que al final quedan sin resolver, aunque esto es parte de la magia, sí nos deja con la duda de qué habrá pasado.Lo complicado: se requiere una buena dosis de credibilidad para leer el libro, en un mundo donde lo mágico convive con lo real el lector debe creer en lo mágico sin cuestionamientos.Dato curioso: la canción Ixtepec del grupo Café Tacuba está basada en una de las historias que se narran en la novela.Otros libros del mismo autor: La semana de colores, Un hogar sólido y otras piezas, Y Matarazo no llamó...