Los remedios caseros forman parte de nuestra vida desde tiempos inmemoriales, ya que nuestros antepasados ya empleaban el poder de los ingredientes naturales para preparar cientos de pócimas y ungüentos.
¿Quieres saber cuáles son algunos de los remedios caseros más antiguos, raros y excéntricos del mundo? ¡En Trucos de salud caseros te desvelamos varios de ellos!
Orina para la salud bucal
Durante la Edad Media, los amantes de la belleza y de los remedios caseros dejaban que su orina reposara en el interior de una vasija durante varios días.
Después, la empleaban como colutorio para realizar enjuagues bucales y mejorar el aspecto de su dentadura. Un remedio bastante desagradable que, por suerte, ha ido perdiendo fuelle con el paso del tiempo.
Calcedonia para el cólera
Con el fin de combatir los brotes de cólera propios de esta enfermedad, los habitantes que vivieron en nuestro planeta durante siglos pasados utilizaron los remedios caseros para preparar una especie de pulsera en la que situaban un pedacito de calcedonia, un mineral que, según antiguas tradiciones, aliviaba los síntomas del cólera cuando se colocaba sobre las venas de la muñeca.
Vodka para el mal olor de los pies
El vodka es una bebida que contiene mucho alcohol, una sustancia con propiedades antisépticas capaz de acabar con las bacterias que provocan el mal olor de pies. ¡Un remedio natural raro pero efectivo!
Un sapo para la erisipela
La erisipela es una afección de la piel que provoca la aparición de ampollas, úlceras y fiebre, principalmente. ¿Cómo la trataban nuestros antepasados?
Pues nada más y nada menos que pasando la barriga de un sapo sobre la zona afectada sin que este llegara a tocar el área invadida por la enfermedad.
El siguiente paso consistía en amarrar el sapo a un árbol y en dejarlo allí hasta que se secara. En ese momento, la erisipela también se habría secado por completo.
Cochinilla para los labios
La hermosa Cleopatra podía presumir de tener unos labios rojos y jugosos gracias a la cochinilla, un insecto comúnmente conocido como “bicho bola” que la reina machacaba para extraer su sangre, una sustancia que empleaba para crear un carmín de labios de un rojo intenso.