Los renglones torcidos de Dios

Hoy no me extiendo.
Por respeto a la intimidad emocional de mi hijo Pablo.
Hoy regresa a Barcelona con su padre.
Como no se si voy a poder evitar sonar victimista o autocompasiva...y me niego...unas conclusiones con intención constructiva:
Me siento satisfecha de mi postura y orgullosa de la valentía y lucidez de Pablo.
Solo me arrepiento de una cosa...haberme preocupado de lo que voy a explicar a quién pida explicaciones ( vecinos, amigos, familia..)
Por suerte, me di cuenta a tiempo de que esos pensamientos me estaban robando la energía para acompañar a Pablo en un día como el de ayer.
Esperanza, confianza..no es la primera vez que los renglones torcidos de Dios han convertido una putada en una bendición ( y perdón por la palabrota... me voy a hacer esa concesión)
Salud