Páginas: 448
ISBN: 9788408093497
Precio: 8,95€
Acabo de terminar una novela de esas con las que da gusto leer. Para los que leemos mucho, es inevitable encontrarnos con auténticos bodrios de vez en cuando; también con novelas que, sin estar mal del todo, pasan sin pena ni gloria y no tardarán en borrarse de nuestra memoria. Por supuesto, nos encontramos con novelas buenas, pero la de esta vez va más allá: pertenece al grupo de esas pocas obras brillantes que llegan al lector y son impecables tanto en contenido como en aspectos formales. Al terminar el libro, he sentido una gran alegría, alegría porque me gusta leer y porque es con libros como este con los que me doy cuenta que mi afición merece la pena. Exactamente así me he sentido: me he alegrado de poder y querer disfrutar de la lectura.
En esta ocasión, la gran novela no ha resultado ser uno de esos libros que pasan desapercibidos en la estantería y al leerlos es cuando sorprenden. No, esta vez era una apuesta segura, un libro que goza de gran popularidad y buena fama como es Los renglones torcidos de Dios, El inconveniente de las apuestas seguras es que, al llegar a ellas con las expectativas muy altas, suelen decepcionar. Me pasó con Los pilares de la tierra, Cumbres borrascosas, Loca por las compras y muchos más. Ni que decir que al acercarme al libro que nos ocupa tenía miedo de que me ocurriera lo mismo mas, por suerte, no ha sido así.
Si me interesé por ella fue, básicamente, porque es una novela muy sonada. Además, me llamó la atención que me la recomendaran lectores muy diversos: desde el que sólo lee best sellers hasta el que es un incondicional de las sagas de fantasía. Cuando una novela puede llegar y gustar a tanta gente es que algo bueno tiene que tener, por mucho que haya gente que se empeñe en criticar este tipo de libros y decir que están sobrevalorados (habrá algunos que sí, pero no me parece conveniente que se generalice de esa manera, y menos si no se han leído dichos libros). Después de leerlo, he confirmado esta teoría: Los renglones torcidos de Dios es un libro para cualquier tipo de lector. Tanto si os llama la atención o no su argumento (yo me acerqué a él sin saber prácticamente nada de su contenido, sólo que tenía lugar en un manicomio, y eso que siempre suelo tener muy en cuenta la historia que se narra a la hora de escoger un libro), os gustará. Y sin más preámbulos, paso a hablar del libro.
Los renglones torcidos de Dios
Como os decía, la acción de esta novela se sitúa en un centro psiquiátrico. Todo comienza el día en que Alice Gould (o Alicia de Almenara, su apellido de casada) es internada en él por haber intentado envenenar a su marido tres veces. Sin embargo, ella lo niega, y está convencida de encontrarse allí por su propia voluntad, para investigar quién cometió el asesinato del padre de un cliente suyo (Alicia es detective). Cuando Alicia llega al centro, lleva una carta del doctor que la trató anteriormente en la que éste explica que la paciente tiene una inteligencia excepcional y una gran capacidad para mentir, de modo que nunca queda claro si está diciendo la verdad o no. Con esto, y teniendo en cuenta que, por su apariencia, Alicia no parece enferma, sabemos que nos vamos a pasar toda la novela dudando sobre si Alicia está loca de verdad o realmente está allí para llevar a cabo una investigación.Pero el argumento de la novela no queda ahí. Alicia, sana o enferma, se ve obligada a convivir con personas enfermas, desde aquellas que parecen "normales" hasta las que son auténticas dementes. El autor, a partir de su experiencia, plasma de manera brillante este entorno de la protagonista, y retrata muy bien a los pacientes: sin necesidad de recurrir a descripciones eternas ni al uso de datos técnicos, nos descubre las enfermedades y traumas que afectan a los internos. A pesar de que estos personajes no dejan de ser secundarios en la historia principal, me ha parecido muy interesante que se hable de ellos, no sólo para recrear mejor la novela, sino por mi interés particular por conocer un poco cómo es la vida en esas circunstancias.
Os he dicho que el resto de internos son personajes secundarios, pero no penséis que son un simple relleno: intervienen en la vida de Alice Gould, ella les conoce y tiene trato con ellos. Con algunos tiene una gran amistad, hacia otros siente otro tipo de cariño… Y no olvidemos que, en su investigación, cree que allí vive el asesino del padre de su cliente. Las intervenciones de cada uno de estos personajes en la trama principal están muy logradas: en su momento se nos presenta a estos personajes, los vamos conociendo, y a cada uno le llega el momento en que su enfermedad o algo de su vida es clave para resolver un asunto (no sólo de la investigación de Alice, en el manicomio suceden más cosas).Los que intervienen de manera mucho más directa en la historia principal son los médicos, los psiquiatras. Entre ellos hay mucha diversidad, y otro de los temas más interesantes y entretenidos de la novela es una rivalidad entre un sector de médicos y otro que dará mucho juego y será determinante a la hora de dar el diagnóstico de Alice Gould. Entre ellos, destacan el director y su ayudante en uno de los bandos: el director fue elegido desde fuera del centro y además es joven, por lo que nunca despertó las simpatías de sus colegas. Él cree que Alicia está enferma de verdad, de paranoia. El otro bando está encabezado por el jefe de Servicios Clínicos, el doctor Arellanos, que es quien trata directamente a la paciente. Según él, Alicia está sana y no miente con su historia de la investigación. Las juntas en las que todos dan su opinión son unas de las escenas más entretenidas y jugosas de la novela.
En cuanto al título de la novela, los "renglones torcidos de Dios" no son otros que los enfermos, los locos, aquellos seres que Dios no hizo de manera normal. ¿Será Alice Gould un "renglón torcido" más?Alice Gould de Almenara
Alicia es un personaje muy especial. No sólo por ser la protagonista, sino porque tiene una personalidad que cautiva a los de su alrededor, y también al lector. Tal y como decía la carta del médico, Alicia goza de una inteligencia excepcional y es brillante en su profesión. Su personalidad es exquisita, culta, elegante, educada y con sentido crítico. Todo esto la lleva a ser un poco altiva y a despreciar a aquellos que la rodean, algo que le puede crear algunas enemistades. Con esos datos, os podréis imaginar que es muy difícil no creer en lo que ella dice. Sabe razonar su historia con argumentos lógicos, y en duelo de retórica puede ganar a cualquiera. El doctor Arellanos, el que la trata, podrá conocerla de manera directa y sentirá que Alicia no puede estar mintiendo. Todo lo que dice encaja, y sabe refutar las acusaciones en su contra de manera clara y justificada.
Es cierto que es muy difícil, por no decir imposible, encontrar a alguien como Alicia en la vida real. Es tan perfecta, tan elegante y exquisita a pesar de sus debilidades, que resulta demasiado especial para ser humana. De todas formas, dado que en el libro se nos presenta tan cercana que nos la creemos, esto no me parece un problema. Además, a veces, y a pesar de que soy una gran amante del género realista, es necesario llevar las cosas al extremo para lograr un personaje o una historia impactante que llegue y penetre profundamente en el lector.Muchos giros y un final inesperado
Otro aspecto de la novela que me ha cautivado es la capacidad del autor para dar giros y más giros a la historia, desde el principio hasta el final. Todo se centra en la historia de Alice Gould: cuando ella habla y te llega con su inteligencia inevitablemente creerás en ella, pero al leer las justificaciones que dan los médicos que la creen loca también verás su parte de razón. Esa es la gran baza de esta novela: te hará dudar de Alicia de principio a fin, hasta la última página. Además, incluye las subtramas relacionadas con los enfermos, que también tienen sus giros y están muy bien conectadas con el personaje de Alice.
Me maravilla enormemente comprobar que todos esos giros tienen una justificación lógica que se entiende sin problemas. El autor ha creado una historia que, si no es perfecta, está rozando la perfección. '''Es una historia con muchísimos matices, que da mucho de sí y en todo momento encaja y es acorde con los hechos narrados. Todo tiene sentido, al autor no se le escapa nada, y la historia es tan buena y tan entretenida que no deja un solo momento para el aburrimiento'''. Me parece que tiene mucho mérito el hecho de que nos sepa mostrar las dos caras de la moneda, los que creen en Alice Gould y no, y que ambas nos parezcan creíbles. Dependerá de cada uno situarse en un bando o en otro, pero no se puede negar que los razonamientos de todos son impecables.El final es absolutamente inesperado. No quiero daros muchos datos, pero incluso aunque penséis que es previsible que, o acabe libre y sana, o enferma y encerrada, la cosa no es tan simple y va mucho más allá. De nuevo, el autor sorprende de una manera creíble y justificada. Tiene muchísimo mérito lo que ha logrado este señor. Ah, y el final me ha gustado, por supuesto
El libro en síCon lo que he dicho creo que queda claro que, en cuanto a contenido, esta novela se merece un diez. Vayamos ahora con los aspectos formales. En general, el libro está muy bien escrito, y tiene tanto diálogo como descripción. No utiliza términos complicados, y para mí entra de lo que se considera una novela fácil de leer. Eso sí, en este caso lectura fácil no es sinónimo de lectura rápida: es conveniente leer la novela con calma para poder pararse y digerir cada nuevo giro, cada nuevo argumento que se expone y que nos hace dudar y dudar más sobre la protagonista. No os asustéis ni penséis que es un libro de lectura lenta, tan sólo es que requiere un poquito más de concentración que una novela de Dan Brown o un chik-lit, porque su historia es más compleja. Pero en fin, que no os preocupéis, porque la novela engancha enseguida y ya veréis que su lectura no supone ninguna compliación.
Me parece especialmente meritorio que el autor hable de las enfermedades de los internos y de su forma de actuar de manera muy amena y fácil de entender. Sin necesidad de tener conocimientos sobre medicina, cualquiera puede hacerse una idea de lo que tiene cada uno y comprender sus sentimientos y reacciones. Suena fuerte, pero mientras leía sentía que yo misma estaba en el manicomio y ellos eran mis compañeros. En mi cabeza visualizaba cada sala, cada personaje… Si una novela consigue esto, mala no puede ser.
A veces los libros con historias trabajadas y buenas fallan a la hora de enganchar al lector. No es el caso de este, pues es una lectura que atrapa desde la primera página. A medida que avanza, la historia va ganando interés, así que es imposible soltarla. Para que os hagáis una idea, normalmente leo dos libros a la vez; los primeros días leía los dos, pero cuando llegué a la mitad de los "renglones" no lo pude soltar y dejé la otra novela de lado (y no la he retomado hasta hoy, con los "renglones" finiquitados).El único problema que le he encontrado a la escritura son un par de laísmos, pero dos faltas en más de cuatrocientas páginas se perdonan.
Conclusión
En general, me parece un libro imprescindible para cualquiera, independientemente de los gustos literarios que tengáis (ya digo que yo me acerqué a este libro sin saber prácticamente nada de su argumento, y si lo hubiera sabido es posible que no me hubiera llamado la atención). En este caso, estamos hablando de una novela de calidad, cuya fama es más que merecida y espero que su éxito perdure en el tiempo. Es un libro del que se puede sacar mucho, por la magnífica recreación que hace de la vida en un manicomio, y además te apasiona con su historia tan trabajada con giros y dudas de principio a fin. En otras palabras: me ha cautivado.
En esta ocasión no se trata de recomendar o no el libro, es que sencillamente no os lo podéis perder. Me imagino que la mayoría de los que me leáis ya lo conoceréis y probablemente lo habréis leído; el resto, ya estáis tardando en buscarlo. De verdad, no sabéis cómo me arrepiento de no haber leído el libro cuando me lo recomendaron por primera vez. De hecho, si lo he leído ahora es porque me encontré con esta edición delante de mis narices nada más entrar en la sección de libros de bolsillos de la librería que frecuento, si no hubiera sido así es difícil, por no decir imposible, que ese día me parara a buscarlo entre los estantes. Lo que os decía al principio de que al terminarlo he sentido puro placer por la lectura también lo vuelvo a aplicar ahora: a los que no os guste leer, no sabéis la joya que os estáis perdiendo.Mi valoración: 9,5/10