Hoy continuamos con la serie acerca de los tipos de residuos generados en la construcción, centrándonos en este caso en los plásticos.
El plástico es uno de los avances técnicos más importantes del siglo XIX abriendo paso a innovaciones en todos los sectores e incluso sustituyendo a otros materiales en productos ya existentes debido a su ligereza, durabilidad, impermeabilidad, versatilidad, resistencia a la degradación, etc. Pero paradójicamente, sus propiedades también lo han convertido como uno de los materiales más difíciles de recuperar, en especial por medio del reciclaje.
Los plásticos se pueden clasificar en:
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Naturales: derivados de productos de origen natural con ciertas características como, por ejemplo, la celulosa, la caseína y el caucho.
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Sintéticos: Son aquellos que tienen origen en productos elaborados por el hombre, principalmente derivados del petróleo como lo son las bolsas de pollietileno.
El sector de la construcción con aproximadamente un 20% del consumo total de materiales plásticos es el segundo sector tras el del envase-embalaje.
Esta claro que los materiales plásticos han significado un gran avance y una gran ventaja para la industria de la construcción ya que entre sus características principales podemos destacar su poco peso que los hace fácil de transportar y maniobrar, su resistencia a los golpes, al envejecimiento y a la corrosión, suelen ser fáciles de instalar y brindan cierta libertad a la hora de diseñar, por lo tanto ofrecen una combinación de durabilidad, bajo coste y maniobrabilidad que los hacen ser una elección fácil.
Entre los diferentes tipos de plásticos que se pueden encontrar en nuestro sector, algunos de ellos por sus características o formas de aplicación, muy difíciles de reciclar o recuperar, podemos encontrar: acrílicos, compuestos reforzados con fibra de vidrio, epóxicos, fluoroplásticos, policarbonato, poliéster, poliestireno expandido, polietileno, polipropileno, poliuretanos, PVC rígido y espumado.
Sin embargo, a pesar de todas las bondades que podemos enumerar, cuentan con una gran desventaja a nivel medioambiental, algo que para algunos puede ser una objeción secundaria, pero para nosotros significa un gran punto en contra. Y es que los plásticos, no nos olvidemos, son sustancias químicas sintéticas que presentan graves problemas ambientales y para salud.
La principal desventaja es que los plásticos no pueden ser reabsorbidos o degradados por el entorno, justamente por esa ventaja que mencionamos anteriormente como material al no sufrir casi degradación con el paso del tiempo, desde el punto de vista medioambiental, lo podemos considerar como una catástrofe.
Y a pesar de que se han desarrollado algunos plásticos biodegradables, poco utilizados en la construcción, esto no significa que el material desaparezca sino que se hace física y químicamente más pequeño, dando lugar a sustancias que pueden ser más peligrosas aún que las iniciales.
Por lo tanto, la eliminación de los plásticos supone un problema ambiental.
Muchos de los plásticos resisten poco la temperatura y pierden su forma o se destruyen totalmente. Muchos de ellos son inflamables y desprenden en algunos casos, a causa de la combustión, productos muy tóxicos que reciben el nombre de dioxinas (átomos de Cl, estables, resistentes al medio ambiente y al ser humano). La degradación excesivamente lenta que sufren hace que ocupen mucho espacio en los vertederos.
El método más eficiente para solucionar este problema es el reciclaje y la NO generación de residuos.
Por todo ello, constituye un desafío para los gestores de residuos, quienes deben cumplir con las nuevas estrategias locales, nacionales e internacionales para minimizar el volumen de residuos de este tipo mediante la creación de objetivos, impuestos, tasas, así como de nuevas tecnologías para la recogida, separación, tratamiento y reciclaje de residuos plásticos. Según un estudio independiente del año 2010 encargado por PlasticsEurope acerca de los residuos plásticos del sector de la construcción, en España, tan sólo se recupera un 20% de este tipo de residuos, frente al 96% de Alemania. Resulta sorprendente saber que la tasa española está próxima a la media europea, e incluso a los países escandinavos, los cuales son conocidos y reconocidos por siempre dar un gran impulso a nuevas estrategias enfocadas a la sostenibilidad y el respeto por el medio ambiente. Pero este 20%, significa que casi el 80% restante sigue destinado a vertederos y una mínima parte destinada a la recuperación energética.
Existen cuatro tipos de reciclaje de plásticos:
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Primario: Conversión del desecho plástico en artículos con propiedades físicas y químicas idénticas a las del material original. Se realiza con termoplásticos tipo PET, HPDE, PDE, PP, PS y PVC. Es necesario un proceso de separación y limpieza.
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Secundario: Se convierte el plástico en artículos con propiedades inferiores a las del polímero original. Se usa en termoestables que están contaminados. En este caso no es necesario limpiar, se mezclan con tapas de aluminio, papel, polvo, etc. y se muelen y funden juntos en un extrusor. Se usan como áridos en la construcción de carreteras
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Terciario: El polímero se degrada en compuestos químicos básicos y combustible. Se diferencia de los anteriores en que además de un cambio físico hay un cambio químico. Los métodos más usados son pirólisis y gasificación. En el primero se recuperan las materias primas de los plásticos, de manera que se pueden rehacer polímeros puros con otras propiedades y menos contaminación y, en el segundo se obtiene gas que puede ser usado para producir electricidad, metanol o amoniaco.
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Cuaternario: Calentamiento del plástico para usar la energía térmica liberada de este proceso para llevar a cabo otros procesos, es decir, se usa como combustible para obtener energía. Problema: generación de contaminantes gaseoso y de cenizas altamente contaminantes.
¿Qué es lo que complica tanto el reciclaje del plástico?
Por un lado, como hemos comentado antes es la gran diversidad de tipos de plásticos, lo que obliga a realizar una separación manual completa que no resulta fácil debido a la configuración de las líneas de separación actuales de cada material, siendo los plásticos delgados y de poco peso. También debemos tener en cuenta que muchas veces lo podremos separar, cuando lo encontremos utilizado como material único, pero muchas otras, su separación se hace casi imposible, como sería el caso de un proyectado o de una imprimación.
Resulta ser un tipo de residuo que no compensa reciclar debido a su alto coste económico y “poca” repercusión medioambiental comparado con otros de mayor afectación. Por esta razón, las campañas de reciclaje que conocemos se centran básicamente en los residuos de envases. Otra de las razones por las que resulta difícil su reciclaje es porque en la actualidad existen productos que están compuestos de varios materiales junto con el plástico, lo que obliga a realizar una separación manual de cada material para derivar a su línea de reciclaje correspondiente. En este caso, volvemos a lo que comentamos antes, según las administraciones y gestoras “no sale a cuenta” destinar tiempo y dinero a las labores de separado y reciclaje de este tipo de productos.
Es muy posible que rija esta política porque las administraciones no estén bien informadas acerca del potencial del reciclaje de los residuos plásticos, quizá por falta de datos precisos, técnicos, métodos de recogida, procesos de industrialización, etc. lo que debería dar lugar a una mayor diálogo entre indústria y administraciones.
Ladrillos a partir de plásticos reciclados
Más info en:
http://www8.madrid.org/gema/fmm/reciclaje.pdf
http://www.cedexmateriales.vsf.es/view/catalogo.aspx
Etiquetas: celulosa, ecología, envases, materiales de construcción, medio ambiente, petróleo, plásticos, policarbonato, poliestireno, poliuretano proyectado, PVC, reciclaje, recuperación, recuperación energética, residuos construcción, reutilización