Revista España

Los restos de la Cerca de Felipe IV

Por Manugme81 @SecretosdeMadri

En mis paseos por Madrid hay algo a lo que le pongo especial intención y es ir descubriendo los retazos de aquel Madrid amurallado por el que tanto me hubiese gustado perderme y, en el post de hoy vamos a conocer uno de estos retazos, uno de los más notables supervivientes.

Como ya hemos comentado en bastantes ocasiones, Madrid hasta no hace tanto, estuvo envuelto por un muro o tapia. Esta comenzó teniendo una función defensiva pero, más tarde, sirvió para controlar la población, como medida sanitaria (que bien nos hubiese venido una en estos tiempos) o la tarea más recurrente, para controlar las mercancías que entraban y salían a la ciudad y así, recaudar impuestos.

La huella del Madrid amurallado de la que hablamos hoy, corresponde al último perímetro que tuvo Madrid, la denominada Cerca de Felipe IV. Como os imagináis, se levantó durante el reinado de Felipe IV. El encargado de esta obra fue el arquitecto Juan Gómez de Mora y, para sufragar los gastos de la misma, hubo que poner un impuesto especial al vino que se consumía en la Villa.

La cerca de Felipe IV tenía un perímetro de 13 kilómetros y envolvía una superficie de algo más de 500 hectáreas. Aquella cerca, en pie hasta 1868, contaba con numerosos accesos, cinco puertas reales y hasta 14 portillos de menor relevancia. De ella, han llegado hasta nuestros días varios rastros, pero uno de los más interesantes es el que nos espera en la Ronda de Segovia, a la altura del número 91.

Los restos de la Cerca de Felipe IV

Muy próximo a la Puerta de Toledo, y pegada al Parque de Bomberos que se ubica en este lugar, si os asomáis a estos restos, podréis ver una placa informativa que nos señala la zona que atravesaba el lienzo de muralla que aquí se levantaba. Son algo más de 5 metros que nos permiten imaginar, de manera fiel, cómo fue el Madrid amurallado de hace siglos.

Los restos de la Cerca de Felipe IV

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