Revista Salud y Bienestar
El
virus del Zika fue identificado por primera vez hace casi 70 años,
pero se sabe poco acerca de el y ahora, se sospecha que podría estar
relacionado con un aumento de casos de microcefalia y sindrome de
Gillian Barret en los países afectados. Un artículo publicado en la
revista semanal de la Sociedad Química Americana, detalla los retos
que actualmente se enfrentan en el estudio del Zika, que es un
flavivirus de la misma familia del dengue, la fiebre amarilla y el
virus del Nilo Occidental. Un factor importante que complica los
esfuerzos de seguimiento, diagnosticar y tratar el virus es su
sigilo. Sólo el 20% de las personas infectadas con el presentan
síntomas, y los médicos actualmente no tenemos una prueba fácil y
aprobado para demostrar que alguien está infectado con Zika. Las
compañías farmacéuticas han respondido rápidamente al brote
mediante el aumento gradual de la investigación de vacunas pero su
prueba y aprobación podría tomar de tres a cinco años. Al mismo
tiempo, algunos expertos dicen que esta estrategia, que se centra en
un virus individual, no es compatible con los recursos disponibles.
En cambio, se deben desarrollar vacunas y terapias que se dirigan a
categorías enteras de virus. Además de abordar la actual situación
de emergencia, este enfoque más amplio podría potencialmente ayudar
a protegernos contra futuros brotes.