Marina Miján
La empresa española productora de ropa con sede en Barcelona, caracterizada por los diseños de almazuela y estampados de colores vivos, Desigual, ha vuelto a ser esta semana el centro de atención.
Lejos de desnudar a los asistentes como en ediciones anteriores, la marca ha querido modificar ligeramente las condiciones del evento: cita inolvidable para los amantes de la moda y seguidores de la firma.
Quizás conmovidos por las bajas temperaturas, los de Desigual han querido hacer un guiño a los participantes. En esta ocasión, como viene siendo costumbre, nadie se ha tenido que quedar en ropa interior para poder conseguir el premio (100€ de regalo para los 100 primeros), bastaba con llevar puesta una prenda de la marca.
Y, aunque el requisito principal de la convocatoria del 7 de enero en el emblemático Desigual de la calle Preciados de Madrid fue cambiado, lo demás siguió su curso. Asistentes haciendo cola desde las tres de la tarde del día 6, nuevas amistades entre mantas y cartones, chocolates calientes para combatir el frío, alguna que otra cerveza y, como no podia ser de otra manera, discusiones por los intentos de colarse.
Puntuales, los trabajadores de la empresa abrían sus puertas a las 9 de la mañana dejando recoger a los ganadores su tan ansiado premio. Vestidos con abrigos y chupas, la mayoría, los afortunados abandonaban la tienda una hora después, esperando con ganas la próxima edición. Y es que, como aseguraban algunos, ya no hace falta ser bueno para tener regalo de reyes.
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