Dedicado a Shangay Lily, de quien he tomado la idea
Hoy los niños de ayer que jugábamos con un rompecabezas o con un futbolín, nos vemos manteniendo a otros reyes. Unos reyes que de mágicos y de majetes tienen poco. De los que sabemos muchas más cosas. Que el cabeza de familia es el Jefe del Estado sin haberle votado, que no hacen sino tener prole. A veces se les ve por la tele; un día al año el jefe del clan te suelta un responso coñazo, predicible y esperado, donde los trabajadores brillan por su ausencia, seguramente no escrito por él.
Alguna inauguración que otra, viajecitos de lujo por el mundo a reuniones prescindibles y vela y nieve, mucha vela y nieve, que es necesario estar moreno y parecer deportivo; y alguna cacería de osos borrachos –sin maldad, sólo para que no escape— y campechanía, mucha campechanía. Como pueden observar un trabajo muy duro.Todo lo anterior, pagado y soportado por todos nosotros que esperamos de ellos noticias tan importantes como que está embarazada la infanta o la princesa, o la heredera va a hacer la comunión o la infanta se separa. Como pueden ver, noticias de primer nivel, propias de reyes.
Lamentablemente el paso de la niñez a la madurez ha supuesto el cambio de los reyes magos por los reyes vagos. Antes, los reyes traían ilusión, hoy nos cuestan un pastón. Antes, los esperabas con ganas, hoy tenemos ganas de que se vayan. Antes trabajaban muchísimo repartiendo regalos por todas las casas, hoy apenas mueven el culo salvo para viajar gratis o hacer deporte.
Sin duda hemos ido a peor, nos han engañado, nos han clavado los reyes vagos y encima les pagamos sus vaguerías y sin decir ni pío. Por cierto que hoy es el cumpleaños del jefe del clan y seguro que lo están celebrando a nuestra costa. Y encima me acabo de enterar de que los otros, los buenos, los reyes magos son los padres. ¡Vaya día!
Salud y República
P.D. Kabileños: Que los magos, sean quienes sean, os traigan los regalos deseados.