Hace casi un año, cuando terminamos de leer El silencio de la ciudad blanca no dudamos en pedir que hubiese más novelas cuyo protagonista fuese Kraken, era un personaje que nos había encantado a todos los que habíamos leído la novela. Por eso cuando en un encuentro con blogueros poco después, Eva García Sáenz de Urturi nos dijo que ya estaba en marcha una nueva entrega con este protagonista, sus seguidores esperábamos ansiosos la publicación de la misma.
Llegó el momento, Los ritos del agua no sólo ha llegado a nuestras manos sino que sus páginas han volado en nuestras manos.
LA AUTORA
Eva García Sáenz de Urturi (Vitoria) publicó en 2012 su primera novela, La saga de los longevos, que se convirtió en un fenómeno de ventas y fue traducido al inglés con una gran acogida tanto en Estados Unidos como en Reino Unido. En 2014 vio la luz la segunda entrega de la saga, Los hijos de Adán, y también la novela histórica Pasaje a Tahití. En 2016 publica El silencio de la ciudad blanca, un thriller apasionante ambientado en su ciudad natal, que ha supuesto un gran éxito de crítica y ventas en nuestro país y cuyos derechos de traducción ya han sido vendidos a Alemania e Italia y está en proceso de adaptación cinematográfica. Con El silencio de la ciudad blanca arranca una trilogía de la que Los ritos del agua es la segunda y esperada entrega.
SINOPSIS
Ana Belén Liaño, la primera novia de Kraken, aparece asesinada. La mujer estaba embarazada y fue ejecutada según un ritual de hace 2600 años: quemada, colgada y sumergida en un caldero de la Edad del Bronce. 1992. Unai y sus tres mejores amigos trabajan en la reconstrucción de un poblado cántabro. Allí conocen a una enigmática dibujante de cómics, a la que los cuatro consideran su primer amor.
2016. Kraken debe detener a un asesino que imita los Ritos del Agua en lugares sagrados del País Vasco y Cantabria cuyas víctimas son personas que esperan un hijo. La subcomisaria Díaz de Salvatierra está embarazada, pero sobre la paternidad se cierne una duda de terribles consecuencias. Si Kraken es el padre, se convertirá en uno más de la lista de amenazados por los Ritos del Agua.
MIS IMPRESIONES
Retomamos la historia prácticamente donde la dejamos en El silencio de la ciudad blanca.Lo acontecido en la novela anterior ha dejado a Kraken una importante secuela, de momento no ha recuperado el habla, sufre afasia de broca y continúa de baja laboral.
Mientras Unai se encuentra con Alba que acaba de comunicarle que está embarazada, recibe una llamada de Esti en la que le informa de que ha habido un asesinato y la víctima es Ana Belén Liaño su primera novia, y aunque no es lo reglamentario ya que Kraken sigue de baja, dada su relación con la víctima, prefiere ser ella quien le dé la noticia antes de que se entere por otros cauces.
Dadas las circunstancias en que se halla el cadáver, todo parece indicar que el asesinato ha sido realizado bajo algún tipo de rito, por lo que Estíbaliz, sin revelar que Unai conoce a la víctima, propone a Alba Salvatierra que aunque éste siga de baja, colabore con la Unidad de Investigación Criminal de la comisaría de la que forma parte, utilizando así su gran experiencia como perfilador criminal, y tratar de esclarecer si se trata de un crimen aislado o, como todo hace suponer, se encuentran otra vez ante un asesino en serie, algo verdaderamente preocupante teniendo en cuenta que la cuidad todavía no se ha recuperado del doble crimen del dolmen.
La novela sucede en dos momentos temporales, uno de ellos transcurre en la actualidad con la aparición de los cadáveres y la consiguiente investigación policial. En el otro daremos daremos un salto atrás en el tiempo para trasladarnos a 1992, a un campamento arqueológico al que asistieron Unai y su cuadrilla y en el que tuvieron lugar unos acontecimientos que Unai se ha empeñado en bloquear, evitando de esta manera enfrentarse a un suceso muy traumático para él, por el que acarrea un gran sentimiento de culpabilidad, y que es de donde nace su vocación de policía.
Gracias al hilo de la trama que sucede en el pasado, conoceremos en mayor profundidad no sólo a Kraken sino a Jota, Asier y Lutxo, sus tres amigos desde siempre y que forman parte de su cuadrilla, conociendo de esta manera más a fondo la relación que existe entre ellos.
Uno de los puntos fuertes de la novela son, sin duda, los personajes, unos personajes muy reales, que sufren una evolución, con sus cosas buenas y sus cosas malas, y que en algunos casos también nos muestran lo peor de las personas, de ellos mismos.
Eva García Sáenz de Urturi, va a seguir ahondando de manera particular en la personalidad del protagonista, a Unai le gusta demasiado ir por libre tanto en su trabajo como en su vida privada, es muy autónomo y solitario aunque sea sociable, no necesita a nadie y eso se refleja en su forma de ser y en su relación con los demás.
Como ya pasara en El silencio de la Ciudad Blanca, también en esta ocasión tanto los escenarios como la Historia tiene mucho peso en el argumento de esta novela.
Además de la trama que sucede entre otros lugares de Álava en Vitoria donde Kraken vive y tiene su cuadrilla, en Villaverde donde vive el abuelo o del monte de San Tirso, escenarios que ya conocemos de la entrega anterior, nos trasladaremos a Cantabria, al monte Dobra, a Santillana del Mar, la Costa Quebrada o Fontibre, entre otros, lugares todos ellos ligados a la Historia.
Porque la Historia vuelve a tener gran protagonismo en esta novela de Eva García Sáenz de Urturi, y con la excusa de estar los asesinatos bajo la sospecha de realizarse mediante un rito celta y en lugares muy importantes en esta cultura, la autora nos introduce en ella, sus asentamientos, ritos, sus dioses, sus creencias. Me ha parecido muy interesante y aunque se intuye que la documentación ha tenido que ser exhaustiva la autora nos la traslada en pequeñas dosis y de forma adecuada a la trama, dándonos detalles sobre la misma sin resultar que resulte un lastre ni ralentice la acción.
Eva García Sáenz de Urturi nos presenta una trama muy bien trabajada en la que poco a poco vamos a ver de que manera lo que sucedió en el pasado tiene que ver con el presente, una trama en la que las relaciones familiares (en sus diferentes versiones) tienen un gran protagonismo, y que aunque quizás llegue el momento en que sea algo previsible, ésto no impedirá que al mismo tiempo, de alguna manera siga sorprendiéndonos y nos mantenga pegamos a las páginas de esta novela.
Si tuviera que ponerle un "pero" es que no me ha parecido creíble la rápida recuperación de Unai pese a haber dilatado tanto ponerse en manos de un logopeda con lo importante que es empezar inmediatametne la rehabilitación en los casos de daños neurológicos y aunque después se dedicase exhaustivamente a sus ejercicios de rehabilitación; o quizás es que a veces, debido a que la autora para no romper el ritmo de la narración con tanta explicación, no nos transmitía correctamente cuando hablaba y cuando escribía, llevando al lector a confusión.
Sólo me queda recomendar la lectura de esta novela. Eso sí, aunque no es necesario haber leído El silencio de la Ciudad Blanca para poder leer Los ritos del agua, ya que la autora nos da los detalles suficientes de la anterior para que no estemos perdidos, si que es conveniente para tener una mejor comprensión de las referencias que hace al pasado, pero es recomendable que lo hagáis por orden y si vais a leer las dos entregas, ya que en Los ritos del agua se hacen algunas referencias que pueden destriparos lo que se cuenta en la primera entrega.
FICHA DEL LIBRO