1.-) La cuestión laboral. Desindustrialización obrera.
Revolución en el sector servicios.
Lo relacionado con el mundo laboral es un aspecto extraordinariamente relevante, el trabajo tal como lo conocíamos podría estar llegando a su fin, y la vida laboral lleva aparejada la subsistencia económica, la inclusión y relevancia social de los individuos. El comportamiento humano necesita el trabajo para relacionarse socialmente. Salvo que provoquemos una revolución mundial, lo cual a medio plazo es improbable.
Producción neta y empleo industrial 1947-2015 EEUU.
Oficina de estadísticas laborales y Oficina de análisis económicos.
Aumenta la producción industrial y el valor añadido, pero desde antes de 1980, cada año con menos obreros, fue visible desde mucho antes del fin de siglo XX, aunque la caída del empleo se aceleró durante la crisis de 2007 y la recuperación económica se produce de forma diferente a antaño, sin incorporar puestos de trabajo equivalentes, fundamentalmente sensible en Occidente, aunque visible también en los países emergentes. Este es uno de los aspectos que se encuentra tras los votos favorables a Brexit y Trump de amplios sectores obreros en zonas industriales, que desesperados, consideran posible la vuelta al crecimiento de los empleos en las fábricas, lo cual es prácticamente imposible, ya no solo por la deslocalización fabril en los países emergentes, sino por los robots que son los sustitutos de la clase obrera mundial. Y ahora también en los servicios.
El cuadro 3 ‘Boosting productivity is necessary… 1948-2015’, de Economic Policy Institute’, muestra en EEUU el crecimiento de la productividad en azul oscuro desde 1948, final de la guerra, hasta un 241,1%, mientras los salarios, en azul claro, solo crecen un 112,5%. La productividad aumenta desde 1948 hasta hoy, pero los salarios solo aumentaron hasta mitad de los años setenta, luego se estancan, mientras sigue aumentando la productividad.
La constante pérdida de puestos de trabajo la provocó la deslocalización industrial asiática, el ascenso de los emergentes y la automatización desde hace treinta años, es solo el aviso de lo que está ocurriendo, la situación para el empleo empeorará, porque al incorporar los nuevos avances tecnológicos esta cuarta revolución industrial no generará tantos puestos de trabajo como destruirá, tal como demuestran hoy todos los estudios que lo abordan. En todo caso la robotización provocó aumentos de productividad que fueron a capital, no repercutieron en salarios obreros, provocando grandes ganancias que aumentaron la brecha de las desigualdades.
La incidencia de la automatización en los salarios de los obreros industriales aparece mirando la historia, el cuadro ‘Blue collar workers, manufacturing, 1947-2015’ procede del trabajo ‘Ganancias reales, ira real’ de Jared Bernstein, el salario por hora se duplicó entre las décadas 1940/1970 y frenó su ascenso, se mantiene plano desde entonces hasta ahora, bajando desde el año 2000. Esta situación, extendida en las comarcas industriales de EEUU desespera a los obreros que pierden calidad de vida, obreros industriales considerados clase media en claro descenso en EEUU, creen recuperarse votando a Trump, creyendo sus promesas de nueva reindustrialización, lo cual será imposible en el camino por la robotización que destruye puestos de trabajo industriales y de los que mantiene tira los salarios para abajo.
Andy Haldane, presenta los resultados de un estudio realizado por el Banco de Inglaterra, del que él es Economista Jefe, ante los asistentes al Congreso de Sindicatos (TUC) celebrado en Londres -en 2015-; proclama ante los líderes sindicales que ‘’15 millones de empleos en UK (de 33 millones) y 80 millones en EEUU (de 155 millones) están en riesgo de desaparecer por la robotización… la tecnología podría actuar como un impuesto sobre la renta regresivo sobre los obreros no cualificados, que podría ampliar aún más las disparidades de ingresos’’
Haldane explica que tareas administrativas, de oficina y de producción están más amenazadas, una gran variedad de trabajos están en riesgo, dice que ‘‘la tecnología está dando lugar a grados de vaciamiento más rápidos, más amplios y más profundos que en el pasado, ¿Por qué? Porque las máquinas del siglo XX han sustituido no solo las tareas manuales humanas, sino también las cognitivas. El conjunto de máquinas con habilidades humanas que se pueden reproducir, a un costo menor, se ha ampliado y profundizado… La conclusión es que si estas visiones del estudio se realizaran, los patrones del mercado laboral de los últimos tres siglos cambiarán a enorme velocidad’’
En Zero Hedge, a través de Emily Zanotti, se hacen eco de un estudio del think tank británico Reform,del que procede el cuadro ‘Chart28: Average propbability of automation by occupation’, en el cual afirman que el 90% de los empleados de la Administración Pública británica (incluye policía, sistema de salud y educativo) tienen trabajos que podrían ser reemplazados fácilmente por robots, ahorrando 8.000 millones de $ por año. El motivo es que los robots son más eficientes en la recopilación de datos, el procesamiento de documentos y tareas rutinarias.
Otros estudios de diferentes universidades de Estados Unidos cifran la pérdida de puestos de trabajo en alrededor del 50% durante las próximas dos décadas. De hecho la mayoría de empleos creados en los últimos años son temporales, la suma de horas de trabajo totales hoy es inferior a la de los años 70. Si la tasa de paro es reducida, lo es en relación a la tasa de actividad, que ha disminuido, porque fuera del mercado de trabajo quedan cientos de miles de norteamericanos, aproximadamenteun 12% entre la población de 25/64 años. Sin embargo las tasas de actividad de los mayores de 65 años aumentan velozmente en los últimos años. Las pensiones no llegan y los mayores tienen que volver al trabajo. En 1980 aproximadamente la mitad de los trabajadores del sector privado tenían planes de pensiones, hoy pueden ser menos del 20% debido a la pérdida de trabajos y disminución del poder adquisitivo de los salarios. Nuevamente caída de clase media occidental.
En el año 2015, Sirkin, Zinser y Rose,en un trabajosobre la implantación de robots en el mundo, tomaron como referencia las 25 principales economías exportadoras en 2014, las cuales representaban un 90% del total exportador mundial. Distinguieron cuatro grupos de intensidad en la adopción de robots. En el grupo de adoptantes agresivos en instalación robótica, situaban a Corea del Sur, Indonesia, Taiwan y Thailandia; entre los países de adopción rápida figuraban, China, Estados Unidos, Japón, Canadá, Alemania y Rusia. El conjunto de los lentos lo identificaban en las 15 economías restantes, entre los cuales se encontraba España y Austria, Bélgica, Brasil, Francia, India, Italia, Países Bajos, Suecia y Suiza. De las proyecciones del estudio deducían que en la siguiente década, 2015-25, cinco países representarían alrededor del 80% del mercado de robots, serían China, EEUU, Japón, Alemania y Corea del Sur.
En un artículo de 2015, Mark Muro y Scott Andes ‘No culpes a los robots por los trabajos industriales perdidos’, publicado en Brookings, los autores sostienen que la pérdida de trabajos industriales en EEUU no solo se produce por la robotización, arguyen que no existe correlación total en proporciones similares de incremento de robots y paro, otros factores influyen como la globalización, comercio y producción en los países emergentes y la deslocalización de fábricas de EEUU en otros países, de partes del producto, o de su totalidad.
Aquí interesa para visualizar la implantación de robots industriales, la referencia al trabajo de Graetz y Michaels, “Robots en el trabajo”, del que aportan el cuadro publicado ‘Number of Industrial Robots per 1 Million Hours Worked, 1993 and 2007’, muestra el número de robots industriales por millón de horas trabajadas, se aprecia el crecimiento experimentado en el período citado, en el que doblan su número en Italia y Francia, aumentan entre el doble y triple en Alemania, Korea, a fuerte ritmo, también España, EEUU, Holanda y aumentan por debajo del doble en Suecia y Reino Unido. En el estudio citado, Graetz y Michels, dicen que en EEUU la cantidad de robots por hora trabajada aumentó un 237% eliminando 2.2 millones de trabajos de obreros industriales, lo cual se tradujo en un extraordinario aumento de la productividad. Los robots fueron un motor de crecimiento económico y un impulso a la desigualdad y pobreza de los obreros industriales.
Fuente: Graetz y Michaels, “Robots en el trabajo.”
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Capitalismo Siglo XXI. Los robots ya están aquí.