Los robots ya están aquí, empujando a los humanos
Publicado el 28 marzo 2017 por Manuhermon
@manuhermon
El Parlamento Europeo aprobó hace
unos días una norma obligando a implantar un ‘botón de apagado’ en los robots. Ante
la posibilidad de que un día no lejano los robots pudieran actuar por sí mismos
fuera de las instrucciones humanas, el Parlamento Europeo aprobó en febrero una
directiva para obligar a que toda máquina automatizada, pensante, los robots en
la UE, tengan un botón de muerte, botón que permita desconectar.
Es un reflejo
de la nueva realidad en la que nos encontramos, podríamos ser la última
generación que tenga mayor inteligencia que los instrumentos que fabricamos, los
cuales podrían tomar decisiones contrarias a nuestros intereses, por lo que la
UE toma una medida cautelar.
Santiago Niño dice que ya es posible
aumentar PIB creado con 0 trabajadores. Según Boston Consulting Group, en EEUU los
costes por hora de un robot industrial son tres veces menores que los costes de
la hora de un obrero 3$ contra 25$, -se refieren a costes no a salario-, siguen
diciendo que en 1980 eran necesarios 25 puestos de trabajo de obreros industriales
para generar un millón de dólares de valor añadido, hoy lo consiguen 5 obreros.
(El cuadro manufacturing/employment de Brookings presenta una visión parecida)
![Los robots ya están aquí, empujando a los humanos Los robots ya están aquí, empujando a los humanos](//m1.paperblog.com/i/431/4310674/robots-ya-estan-aqui-empujando-humanos-L-zGapMk.png)
La automatización lleva unos años
entre nosotros, en informática y maquinaria, el gigantesco avance que están
dando hacia los nuevos robots lo impulsan los bajos costes -de investigación, procesadores
y almacenaje de datos-, la incorporación de las investigaciones en IA, la
inteligencia artificial, y la rápida capacidad de aprender y tomar decisiones,
facilitado por la irrupción de los análisis de los big data. En todo caso si piensan en robots, olviden la imagen
humanoide, no siempre aceptada como positiva, su aspecto externo no define su campo
de utilidad, salvo en los casos de robots ayudantes de ancianos y disminuidos
físicamente.
Sectores como la automoción para
fabricar coches, los burgers, para
montar hamburguesas a velocidades de vértigo, en la logística para la
distribución de productos, en los mercados financieros ya realizan miles de
operaciones de compra/venta por segundo, en la medicina se usan para operar ya,
y en breve para introducir pequeños robots dentro de nuestros cuerpos para
intervenir localmente, están siendo utilizados en los transportes, trenes,
colches, barcos, aviones para moverse con autonomía sin conductores; hoy en
gran medida están realizando análisis empresarial, de inversión, comercial,… o político
y sociológico. O se están utilizando en la guerra para matar.
Históricamente uno de los primeros
lugares de investigación ha sido el terreno militar, en él, existen avanzadas
máquinas asesinas con relativa independencia, robots ya actuando en distintas
guerras, los más conocidos son los drones que bombardean objetivos, menos
conocidas son las máquinas que viajan y detectan enemigos, con algoritmos, que
con criterios fisonómicos determinan sus enemigos, y disparan.
Los algoritmos invaden nuestras
vidas, son las instrucciones que se dan a las máquinas, a los ordenadores, para
que realicen tareas, lo cual hasta ahora hacía pensar que al final de todo, la
máquina estaba controlada y dirigida por el ser humano. Pero la velocidad de
desarrollo de la Inteligencia Artificial es rapidísima y se empiezan a abrir
las puertas que permitirían alejar de controles humanos sus decisiones
autónomas.
La irrupción del análisis y tratamiento
de los big data, se introduce en las máquinas para que ellas mismas aprendan,
se reactualicen, piensen y tomen nuevas decisiones en función de nuevos datos.
Los big data son miles de millones de
datos de todo tipo producidos por cualquier actividad de los seres humanos, tratados
adecuadamente permiten predecir comportamientos y/o sucesos de cualquier tipo.
Los datos son, por ejemplo, miles de
millones de palabras, de millones de libros e informes publicados en cualquier
idioma utilizados para los programas de traducción automática de Google, o en nuestros
contratos y usos telefónicos, eléctricos, de agua, de transporte, comercio y
todo el largo etc. que quieran imaginar, con la actividad humana o de la
naturaleza, se generan miles de millones de datos que permiten aventurar
acciones y reacciones, sean de materiales, de la naturaleza o humanas. Desde
posibles averías en cableado, a desgastes en puentes, casas, barcos… o detectar
en las ciudades aquellas viviendas con mayor peligro de incendios, pasando por
comportamientos de consumo, o por predecir múltiples enfermedades humanas o
animales, cosechas, desastres naturales, cambios de clima, etc. etc.