Muchos romances se conservan gracias a coleccionistas contemporáneos de estas composiciones, que compraban en las ferias en forma de pliegos sueltos y que elaboraban con ellos los llamados cancioneros de romances. Este es el llamado Romancero viejo. La clasificación más habitual es esta:
Romances históricos: Tratan temas históricos o legendarios pertenecientes a la historia nacional, como el Cid, Bernardo del Carpio, etc.
Romances carolingios: Están basados en los cantares de gesta franceses: batalla de Roncesvalles, Carlomagno, etc.
Romances fronterizos: Narran los acontecimientos ocurridos en el frente o frontera con los moros durante la Reconquista.
Romances novelescos: Con gran variedad de temas, aunque frecuentemente están inspirados en el folclore español y asiático.
Romances líricos: Inspirados por la imaginación y el gusto personal.
Menéndez Pidal señala los rasgos subjetivos y sentimentales que reemplazan los detalles menos dramáticos del cantar de gesta original en el que a menudo se basan los romances. Se eliminan los elementos narrativos considerados secundarios, y el romance abandona el contexto, enfatizando la acción inmediata. El poeta anónimo puede expresar sus sentimientos amorosos o favorecer temas folclóricos, personajes mitológicos, y sucesos fantásticos.
Con el siguiente vídeo podéis ampliar vuestros conocimientos sobre este tema:
Pinchando en el siguiente enlace encontraréis muchos romances para leer. Elegid uno, pegadlo en el comentario y decidme de qué trata y por qué os ha gustado:
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