Los “rompe-dietas”

Comer sano y de forma equilibrada es algo que cada vez más gente tiene en cuenta en su rutina diaria. De hecho, si no estuvierais interesados en ese tipo de temas, dudamos mucho que leyerais esta tipo de artículos.

Si bien y por desgracia, hay ocasiones en las que cometemos errores en lo que a preparación y uso de los alimentos se refiere. Son hábitos que hemos creado, casi sin darnos cuenta y no somos capaces de corregir por la sencilla razón de no saber que estamos cometiéndolos.

Esta mañana hemos sacado a la luz algunos de esos errores, para que en el caso de que los estás haciendo, simplemente los corrijas o al menos tengas en cuenta que no deberías cometerlos. Os daréis cuenta de que a pesar de estar cocinando en casa y haciéndolo con productos naturales (como debe ser), hay veces que las calorías extra en nuestras comidas están subiendo por las nubes.

Como dice el dicho a veces solo vemos la paja en el ojo ajeno y nos olvidamos del tronco de árbol que tenemos en el nuestro….

LOS ROMPE-DIETAS

Ahogar (literalmente) las comidas en aceite

Efectivamente, el aceite de oliva es uno de los mejores alimentos que hay en la tierra, ya que:

* El aceite de oliva es el más rico en ácido oleico. Es por tanto una grasa mono insaturada, con efecto muy beneficioso sobre el colesterol, bajando las tasas de LDL, colesterol malo, y incrementando las de HDL, el bueno (adecuado pues en todos los problemas cardiovasculares)

* La vitamina E que contiene protege a la grasa de la peligrosa acción de los radicales libres, oponiendo resistencia a la oxidación que estos producen sobre el cuerpo humano.

* También tiene efectos anticancerígenos, y favorece la digestión porque estimula la vesícula biliar.

* Ejerce un efecto protector y tónico de la epidermis (la piel)

* Estimula el crecimiento y favorece la absorción del calcio y la mineralización.

* Por su contenido en vitamina E y el efecto antioxidante de ésta sobre la membrana celular, el aceite de oliva está especialmente recomendado para la infancia y la tercera edad (ayuda a prevenir la arteriosclerosis y sus riesgos)

* A diferencia de las demás grasas sólidas, no cansa ni el hígado ni el páncreas durante la digestión y la asimilación.

Todo eso es cierto, pero de utilizarlo para aderezar ensaladas o cocinar a literalmente AHOGAR nuestros alimentos en él, va una diferencia abismal.

Como hemos dicho es grasa, está claro que grasa buena, pero al fin y al cabo grasa, por tanto lo mejor que podemos hacer si no queremos llevarnos un disgusto cuando nos pesemos, es utilizarlo con moderación.

Para los más “profesionales”, venden vaporizadores exclusivos para utilizar con el aceite de oliva que os servirán para añadirlo a vuestros platos en la cantidad justa y adecuada.

Información nutricional del aceite de oliva

   * 73 % de ácidos grasos monoinsaturados.

   * 8,3 % de ácidos poliinsaturados.

   * 13,3 % de ácidos saturados.

Abusar del azúcar

El azúcar es bueno, efectivamente, es más lo prefiero a los artificiales como la sacarina (en mi opinión el aspartamo es veneno), pero bueno, al igual que ocurre con el aceite, hay veces en las que nos excedemos en su uso.

Si lo que queremos es evitar que nuestros dulces momentos delante de la televisión comiendo un yogur natural con un poco de azúcar, se conviertan en amargos cuando nos pongamos nuestros vaqueros ajustados, os proponemos lo siguiente.

Básicamente podéis utilizar edulcorantes naturales que os darán ese punto dulce en vuestros postres o comidas con menos efectos colaterales que el azúcar refinado.

* Azúcar integral: A partir de la melaza o miel de caña y tras un proceso natural se obtiene el azúcar de caña.

* Fructosa: se utiliza principalmente en alimentos “tolerados” para diabéticos. Se obtiene de las frutas y en pequeñas cantidades pueden tomarla los diabéticos. Su sabor, color y textura es muy parecido al azúcar blanco o refinado.

* Las Melazas: son endulzantes o edulcorantes naturales obtenidos a partir de cereales como el arroz, maíz, cebada, etc. Suelen tener un sabor muy suave y son muy apreciadas por las personas que prefieren sustancias que no endulcen demasiado.

* La miel: es uno de los edulcorantes o endulzantes naturales más antiguo ya que no necesita ninguna elaboración. Además de su sabor ha sido utilizado por sus propiedades medicinales (cicatrizante, expectorante, etc.) Muy apreciada para endulzar las infusiones de plantas medicinales.

* Stevia o Estevia (nuestro favorito) : es una planta originaria del Amazonas. La ventaja de estos endulzantes o edulcorantes naturales que no tienen calorías y que su dulzor es 20 ó 30 veces superior al azúcar. También son valoradas sus propiedades reguladoras de la glucosa (diabetes e hipoglucemia)

Abusar de los lácteos

Que los lácteos son sanos y están llenos de calcio (tan necesario para nuestros huesos), es algo con lo que todos estamos de acuerdo. Pero hay veces que con la excusa de que son sanos, nos pasamos al “lado oscuro” e introducimos en nuestro cuerpo un exceso de grasas y calorías que no necesitamos para nada.

En general solemos errar en el uso de los quesos, ya que si bien un queso curado es un placer para cualquier paladar, también lo es para cualquier dueño de una empresa fabricante de termogenicos (quemagrasas).

Debéis tener en cuenta que la concentración de grasa en los derivados de la leche entera es superior a la de las carnes más grasas que, al igual que en ellas, son saturadas en su mayor parte. Los ácidos grasos de la leche y sus derivados tienen 12, 14 y 16 átomos de carbono, lo que les confiere un poder aterogénico por encima de los ácidos grasos de las carnes de ternera o de vaca, en las que predomina el ácido esteárico de 18 carbonos.

Además el contenido en colesterol es muy superior al de los alimentos que tienen fama de ser ricos en él. Una sola taza de leche entera tiene 34 mg. de colesterol, mientras que una loncha de beicon sólo 3 mg. Al beber un litro de leche se ingiere el colesterol equivalente a 53 lonchas de beicon.

Conclusión

Al igual que ocurre en la mayoría de las ocasiones, debemos comer de todo, pero siempre con moderación. Y cuidado con los dogmas que no son buenos y suelen dar pie a errores.

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