A la isla de Margarita he ido desde que me acuerdo. He desandado sus rincones, he peleado con ella y me he dejado seducir sin remedio. No voy a hablar de paisajes esta vez, pero sí de esos sabores que se me han quedado grabados, que no necesitan ningún tipo de lujo y que resumen mi paso por la isla, siempre, cada vez.
1. Una piña colada a la orilla del mar. Y si es en playa Zaragoza, mejor. La piña con el coco son sabores tan caribeños que no hay mejor idea que probarlos sentados en la arena, mientras el agua nos cubre los pies. En Zaragoza, conocida también como playa Pedro González, venden tres piñas coladas por 200 Bs (septiembre 2014) y te las llevan a donde estés.
2. Helado de coco. Otra vez, frente al mar. El sabor del helado de coco en su concha, me devuelve a mi niñez y cuando alguno de los heladeros que caminan por la playa lo tienen, no dudo en comprarlo. Es casi un ritual: llenarme los pies de arena y comerlo antes que se derrita.
3. Los jugos de Balleyo. Es el rey de los jugos naturales y está en el Mercado de Conejeros. Pido el vaso más grande, lleno de la fruta que más me coquetee en ese momento. Si le preguntan a Balleyo cuál jugo recomienda, entonces será un caudal de cuentos y sabores.
4. Las empanadas de Panchita. Si no la distraen, hace seis empanadas en un minuto. Panchita tiene una energía que se conoce bien en el Santuario de la Virgen de Valle y me gusta comer las empanadas que hace, porque le quedan crujientes y con buen relleno. Háganse el favor de probar la de mariscos.
5. El matacalor. Aquí en mi país le decimos “cepillado” a esta mezcla de hielo granizado al que se le agrega cualquier sabor. Este carrito aparece por las calles de Pampatar justo cuando ya no puedes más con el calor y lo mata. Un baño de agua fría y dulce para todo el cuerpo.
6. Ostras. Estar en playa El Yaque, es comer ostras porque sí. Hay que llevar la cuenta y no perderse en la conversación, porque tres docenas se comen con mucha facilidad y más si quien te las vende tiene el don de la palabra y rapidez en las manos. Pidan la ñapa, siempre.
7. Pescado y tostones. Pargos, coro coros, catalanas y carites se comen fritos y con los dedos, mirando el mar. Dependiendo de la playa el plato varía de precio, pero siempre tiene al lado tostones y ensalada para completar el goloso cuadro. ¿Me van a decir que no les provoca?
Como número ocho, nombraría el ceviche en cualquier presentación, pero no tengo foto y tampoco lo comí durante este viaje porque no fui a playa Guacuco, donde lo sirven con contundencia. Si tienen por ahí algún sabor que les guste y los traslade a la isla de Margarita, comenten aquí abajo y así comemos todos.
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