"Debía contárselo a Jack, aunque no le iba a hacer ni pizca de gracia. Mientras Laura Lyons regresaba de hacer unos recados, dándole vueltas a las posibles reacciones de su marido cuando se enterara de la noticia, vislumbró a la mendiga apostada de nuevo en el primer peldaño de la escalinata de granito que conducía a su hogar: siete habitaciones en las profundidades de la palatina Biblioteca Pública de Nueva York. Esta vez la presencia de la mendiga no le generó lástima, sino un miedo atávico. Era ciertamente algún tipo de mal augurio que hizo que a Laura se le acelerara el corazón. Una mujer al borde de la ruina, sola y sin recursos. Sin amor".
Pues aquí estamos, leyendo una vez más sobre libros y sobre bibliotecas. Y es que ya sé que tengo un problema de temas recurrentes, pero así soy. Y por eso, hoy traigo a mi estantería virtual, Los secretos de la biblioteca de la Quinta Avenida.
Corre el año 1913 y conocemos a Laura Lyons, casada con el superintendente de la Biblioteca Pública de Nueva York. Vive con él junto a sus dos hijos en un apartamento dentro del edificio y, mientras su marido escribe la gran novela, ella comienza a estudiar periodismo y a sentirse atraída por un mundo en el que tiene un mayor poder sobre sí misma. Cuando su vida empieza a cambiar se descubre que están robando ejemplares de la biblioteca, pero no libros cualquiera, son aquellos valiosos que se guardan en una zona especial y que ponen el ojo sobre la familia de Laura, que tendrá que elegir sus prioridades.
Ochenta años más tarde conocemos a Sadie, la nieta de Laura, también bibliotecaria. Cuando la conocemos está preparando una exhibición sobre su abuela, convertida en una reconocida ensayista social. Curiosamente ella ha ocultado su parentesco con Laura pero también se ve envuelta en una trama de robo de libros y, por si fuera poco, un detective designado para investigar los sucesos hace tambalearse a Sadie.
La novela tiene dos tramas que se unen por la familia y por los libros y el amor a la literatura tanto como por el carácter de dos mujeres fuertes. Ambas tramas se complementan dando lugar a un drama que el lector vive casi en primera persona y que da a conocer una historia familiar que bien se podría aplicar a la época actual relacionada con los sentimientos. Precisamente por eso la autora opta por un desequilibrio equilibrado en el que hay un hilo más complejo y el otro más sensitivo, una trama que se imbrica y otra que simplemente habla de cómo se siente la protagonista con todo lo que sucede a su alrededor. Y todo esto lo adereza con el romanticismo de vivir en un importante templo, en el que ciertamente vivía una familia en aquel momento, y en los procesos para cuidar y preservar los incunables, algo que, a los que somos aficionados a la literatura, nos supone un punto extra.
El feminismo y su nacimiento y lugares de crecimiento y acción es otro de los temas que cruzan la novela en el que la autora aprovecha para dejar personajes que existieron y situaciones que me eran totalmente desconocidas. Dando lugar a momentos entretenidos y reflexivos. Sin embargo, si tengo que elegir un personaje, me quedo con Harry. Aunque no desvele quién es.
Los secretos de la biblioteca de la Quinta Avenida me ha parecido una lectura amable y francamente entretenida.
Y vosotros, ¿con qué libro comenzáis la semana?
Gracias.
PD. Esta novela pertenece a una serie de libros de la autora que se ambientan en edificios emblemáticos de la ciudad de Nueva York. Y a mi me parece una maravillosa manera de hacer turismo. Escritores españoles, tomen nota.