ZYCLOPE: TRES (2007, VASO MUSIC)
Temas:
- Chinatown 4:30
- Genio sin techo 5:45
- No 4:45
- Íntimo 5:00
- Tu sonrisa 5:20
- No pensar 5:11
- Íntimo II 4:42
- Duelo de ánimas 5:02
- Dos mundos 7:45
- Amantes 3:15
- Agua 8:01 (bonus directo)
- Dulce y claro 4:34 (bonus directo)
De verdad que la espera ha merecido la pena, pues este Tresmuestra la madurez de un grupo que ha sabido mantenerse contra viento y marea, para poder mostrar a todo el mundo el producto de su gran coherencia personal y musical.Y digo madurez porque se han centrado en sí mismos para explicarse como mejor saben: expandiendo sus sentimientos. Y es que la música contenida en este excelente trabajo tiene una técnica fuera de lo común en estos tiempos que corren, pero en cada una de las notas desgranadas hay un trozo del corazón de cada uno de los músicos. Nunca en Zyclope una guitarra fue tocada, hasta ahora, con esa pasión contenida, y desbocada a la vez, de la mano de un Nacho, que recrea, en su papel protagonista, la esencia de Andy Latimer, Alex Lifeson o David Gilmour. Nunca la voz de Juan fue tan rica en matices como en este tercer trabajo y su soltura en los teclados lo acerca, de modo irrefrenable, a alcanzar cotas insospechadas en las que adereza la música con dosis de Rick Davies, Richard Wright o, incluso, Keith Emerson. Y qué decir de Ernesto, ese enorme corazón percusivo que en tremendos y complejos compases no sabe, ni quiere, dejar un hueco sin adornar, convirtiéndose en el mejor batería nacional, que nada tiene que envidiar a Neil Peart, ni a Portnoy ni al Andy Ward de mediados de los setenta.Y han alcanzado esa plenitud musical porque este disco ha sido concebido por los tres para ellos tres. Han reducido considerablemente el número de colaboradores, aunque los hay, y han incorporado al cuarto elemento de Cíclope, el bajista Javier Colmenarejo, como miembro esencial del grupo, realzando, y de qué manera, el sombroso y laborioso trabajo de Ernesto.Encontramos en Tres exquisitas y sublimes visiones instrumentales, impresionantes medios tiempos rockero progresivos, apasionadas y verosímiles voces, homenajes exultantes a los grandes –Camel, Rush, Pink Floyd, pero sobre todo, auténtico rock español encargado de energía positiva que enaltece y ensombrece cualquier ejercicio, propio o ajeno, anteriormente realizado. Once de diez.