
Si hace unos días hablábamos de lo importante que era empezar con fuerza una presentación, ahora, y también siguiendo a Garr Reynolds en su 'The naked presenter', nos vamos al otro extremo de la presentación: el final...casi tan importante o más que el principio.
Si con un comienzo potente aspirábamos a llamar la atención de la audiencia, en el final lo que queremos es dejar un recuerdo indeleble, difícil de olvidar.
Y para ello, el autor nos recomienda, siguiendo los pasos de Chip y Dan Heath, seis elementos:
- Simplicidad (Simplicity): evitando añadir cosas si no son estrictamente necesarias... y muy especialmente en el final de la presentación.
- Sorpresa (Unexpectedness): incluyendo si es posible un 'aha moment' donde se responda a una pregunta intrincada hecha anteriormente. En cualquier caso, evitar un final convencional
- Concreción (Concreteness): evitando jerga o abstracciones.
- Credibility (Credibilidad): aportando evidencias que soporten nuestra posición.
- Emociones (Emotions): haciendo a la audiencia sentir algo, dando al final un toque personal
- Historias (Stories): eligiendo una historia que ilustre el asunto de que se ha estado hablando.